LA HISTORIA

De okupas a turistas: el nuevo paisaje en el complejo Bellevue

El edificio Neptuno II, foco de la noticia por su asalto el pasado invierno, yace tapiado pero rodeado de veraneantes que disfrutan de la piscina o juegan a petanca

Imagen de varias hamacas junto a una de las piscinas del complejo Bellevue, frente al edificio Neptuno II del complejo Bellevue

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El pasado febrero, el pleno invierno y rodeados de silencio y soledad, las únicas maletas que se movían por el complejo hotelero Bellevue, en el Port d'Alcúdia, eran las de los okupas que fueron desalojados ante la intervención de la propiedad del establecimiento tras ver cómo más de un centenar de personas se había apoderado y asaltado el viejo edificio Neptuno II. Puertas reventadas, otras pintadas y marcadas, oscuridad al fondo del pasillo, sombras, carritos de la compra y gente de todos los perfiles y edades subiendo y bajando escaleras...

Meses después, el paisaje es radicalmente opuesto. El acceso principal al Neptuno II, fuera de servicio, sigue tapiado y la puerta trasera que sirvió de nexo con el exterior cerrada a cal y canto. Echando un vistazo a las habitaciones, pueden observarse restos de aquel largo invierno -tendederos, por ejemplo...- y de la precipitada salida a raíz de la intervención de una empresa de desokupación que rodeó y selló el bloque, en cuyo exterior sigue tumbado un acceso a la red de agua que intentaron violentar los okupas. Pero lo que ahora llama la atención, en contraste con aquellas estampas, es la realidad del verano en el Bellevue.

Fachada principal del edificio Neptuno II.
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Por donde huían los okupas rumbo a los coches que recogieron a algunos de ellos, un grupo de tres turistas y una animadora juegan a petanca. A unos metros, la piscina ya está abierta. Al fondo, un chiringuito ofrece bebidas del 'todo incluido' y en torno a él, las hamacas tienen como fondo el desgastado bloque de apartamentos que copó la actualidad informativa durante unos días en ese rincón del Port d'Alcúdia.

Puerta trasera, acceso al bloque okupado el pasado invierno.

Coches de alquiler y vehículos de trabajadores de los bloques próximos, todos a pleno rendimiento ocupan los espacios vacíos, inertes de febrero, pero quienes por allí siguen paseando no pueden olvidar lo que allí pasó aquellos días en los que sol y frío se dieron la mano, mientras la llegada de los desokupadores fue provocando el goteo de salidas; unas por la puerta principal y algunas desde los balcones o la puerta trasera.

Turistas tomando el sol junto al viejo edificio Neptuno II.

Allí ha llegado el verano, aunque en el Neptuno II sigue siendo invierno. Cerrado, pasando inadvertido para muchos y a la espera de una posible reforma o mejora que alegre su aspecto como fondo de la estampa de clientes tomando el sol o bañándose en una de las piscinas próximas. Algunos a lo mejor vieron lo que allí pasó. La mayoría, ni lo sabrá. Pero quedará para la hemeroteca y la memoria colectiva como un escenario clave dentro de la eclosión de un fenómeno, el de la okupación de establecimientos hoteleros fuera de temporada, que se focalizó en puntos como Cala Bona, Port d'Alcúdia o Cala d'Or.