Los productores locales de pollo piden control para evitar fraudes o confusiones

La Conselleria de Agricultura ya ha abierto diligencias tras inspeccionar negocios que anuncian como producto local aves que no han sido criadas en la Isla

Pedro Obrador, Rafel Esteve y Jaume Sureda son, junto con Matías Adrover, los cuatro productores de pollos de Mallorca que han asumido la gestión provisional del matadero municipal de Inca, el único público autorizado para el sacrificio de aves. | Lola Olmo

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Los criadores de pollos y aves de corral que quedan en Mallorca piden al Govern que intensifique el control sobre el producto que se ofrece al consumidor y que, a menudo, se presenta en las vitrinas de algunas carnicerías y supermercados como pollo mallorquín cuando se trata de una carne procedente de fuera que solo ha sido procesada o envasada en la Isla.

La cooperativa Aviram de Mallorca, constituida por cuatro criadores para gestionar de manera provisional el matadero municipal de Inca y evitar su cierre definitivo, pide que se intensifiquen las inspecciones porque conocen casos en los que «se comercializa como pollo mallorquín un producto que no lo es, aunque sea por el desconocimiento de la carnicería, y esto produce una competencia desleal a los que verdaderamente criamos nuestros pollos en la Isla en condiciones de bienestar animal e incluso, alguno en ecológico».

Así lo explicaron directamente al conseller d’Agricultura, Pesca i Medi Natural, Joan Simonet, y al director general de Agricultura, Fernando Fernández, con motivo de su reciente visita al matadero municipal de Inca junto con el alcalde de Inca, Virgilio Moreno, para explicar el acuerdo que han alcanzado ambas administraciones para que el matadero pueda permanecer abierto durante un año. Un pacto celebrado por los ganaderos porque facilitará la viabilidad de sus negocios. «Hay que tener en cuenta que nosotros compramos los pollitos en la Península para criarlos aquí; tener la certeza de que podremos hacer uso del matadero a un año vista, nos permitirá doblar la producción en pocos meses», explica Jaume Sureda.

La Conselleria admite que puede haber errores a la hora de identificar como pollo mallorquín producto que no lo es, pero lo achaca más a la confusión que genera el etiquetado que no a un fraude intencionado. Asimismo, Simonet reconoció que se necesitan más inspectores para perseguir y sancionar el fraude, puesto que un equipo muy reducido tiene que velar por todo el producto local agroalimentario que se vende como hecho en Mallorca: vino, queso, aceite, carne, etc.

La cuestión es cómo puede el consumidor diferenciar el pollo mallorquín en el mercado. Un tip que ofrecen los productores: «El pollo mallorquín tiene las patas cortadas a la altura de las uñas, no se nos permite comercializar las patas para el consumo; en cambio, en el pollo de fuera las patas se cortan enteras porque también se comen».