OKUPACIÓN EN MALLORCA

Los desokupas del Bellevue: «Hay una red que les vende las habitaciones y eso hay que denunciarlo»

El personal de seguridad constata hurtos y tráfico de estupefacientes, además del mal estado del edificio Neptuno II, en el que aseguran viven una docena de menores y varias familias vulnerables

Los desokupadores, en la puerta del edificio. | Teresa Ayuga

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«Estamos negociando la salida de las personas que están allí. La mayoría reconoce que no están en una situación legal, ya que esto no es una vivienda normal sino un hotel y está sufriendo graves perjuicios», aseguran los representantes de los desokupas que este lunes han tomado el edificio Neptuno II, perteneciente al complejo Bellevue, en el Port d'Alcúdia, okupado desde hace meses, tal y como destapó Última Hora.

Lázaro Lucio de Oliveira, abogado presente en el lugar en representación de los desokupas contratados por la propiedad del establecimiento, aseguraba, tras el paso de la Policía Local de Alcúdia y la Guardia Civil, haber «constatado que la mayoría tienen instalada aquí su vivienda, con todas sus pertenencias, e incluso alguno ha ido a renovar sus papeles, otros vinieron junto a familiares...». Y señaló que «algunos no quieren denunciar y dicen que han sido estafados porque han pagado una cantidad por estar aquí», en referencia a una posible mafia que arrendaría a espaldas de la propiedad los apartamentos okupados del Bellevue.

«Eso no les da derecho a okupar de forma ilícita. Hemos hablado con ellos y hacemos control de acceso y las fuerzas de seguridad han estado aquí y están al tanto de la situación. Mantenemos el respeto a la legalidad, pero vemos que algunos nos insultan y es normal, hay tensión», asegura el letrado. Además, refieren tráfico de estupefacientes y hurtos al caer la noche en la zona del complejo Bellevue, donde residen otros trabajadores del establecimiento del Port d'Alcúdia, que pasaron a otro edificio, dejando claro que el resto son ilegales.

Desalojo
El abogado representante de la propiedad y los desokupadores, negociando. Foto: Juanjo Roig
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Procedimiento

Tomeu Carbonell, responsable de Guardians Control, empresa contratada por la propiedad del Bellevue para desalojar a los okupas, deja claro que la actuación de medio centenar de personas para asegurar el perímetro del edificio se hace «cumpliendo la normativa turística, que prohíbe el uso residencial de estas instalaciones. Por ello, se hace un control de acceso. Es un establecimiento con una actividad económica y no puede accederse sin previo pago de los servicios. Podrán acceder bajo una negociación previa, para recoger sus cosas», apostilla, abriendo las puertas a una solución negociada.

Dicen tener «localizadas a una veintena de personas, pero la mayoría está trabajando fuera. Vemos que hay familias vulnerables, unas cinco, a las que damos facilidades en la medida de no hacerles el control de acceso hoy, sino se negocia que puedan encontrar una alternativa. Los servicios sociales están avisados y esperamos que puedan actuar», dicen, contabilizando una docena de niños en el edificio.

El edificio está destrozado, «con unos daños gravísimos, y no tenemos un límite de tiempo. Vamos a negociar con todos e incluso sabemos que algunos tiene otros domicilios y puede irse en unos días o que tiene visitas médicas y les permitimos moverse y les damos margen para trasladarse», añade Carbonell. «Hemos podido averiguar que tienen otras viviendas, todos salen con sus vehículos de aquí, incluso algunos de alta gama, y no cuadra dentro de lo que puede considerarse como personas en situación de vulnerabilidad, como sí lo es una mujer con una enfermedad para la que hemos requerido a los servicios sociales. Hace tres meses ya», prosiguen, advirtiendo que «hay una red que les vende las habitaciones y por ello les invitamos a denunciar, es una estafa. Hay que denunciarlo».

Han desplegado a unos 50 efectivos que rodean y acordonan el Neptuno II. «Ellos tienen que salir de manera voluntaria y firmar un documento por el que la propiedad renuncia a denunciarles, pese a los importantes daños», apostilla el abogado presente, dejando claro que la labor inicial es la de realizar «un control de acceso y no se podrá entrar. No se puede considerar vivienda y hacemos este trabajo como si fuera una recepción del hotel».