Sóller blindará el centro urbano y solo permitirá la circulación de los vehículos de residentes

La zona de bajas emisiones se aplicará este año y cubrirá una superficie del casco urbano de unas 70 hectáreas

Esquema de la zona afectada por el plan que proyecta el Ajuntament de Sóller para restringir el tráfico en el núcleo urbano de Sóller | Foto: Daniela Pagliarulo

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El Ajuntament de Sóller ha decidido blindar gran parte del caso urbano de la ciudad contra el tráfico no residente con la implantación, este mismo año en fase experimental, de una zona de bajas emisiones (ZBE). De esta manera, en una superficie de unas 70 hectáreas que incluye 12 calles del municipio, solamente podrán circular –salvo excepciones– los vehículos de los residentes.

Así lo contempla el proyecto que el departamento municipal de movilidad está redactando desde hace meses para delimitar la ZBE. El perímetro afectado está enmarcado por las calles Isabel II, Sant Jaume-Pere Serra, camino del Murterar, Andreu Coll, Cetre y la carretera del Desvío, junto a las calles secundarias incluidas y los tramos que conectan estas vías. Buena parte de las calles afectadas tendrán que invertir el actual sentido de circulación, dejando la calle Cetre para la entrada principal de vehículos y la salida por la calle Isabel II. Según el concejal de Movilidad, Pep Porcel (no adscrito) la modificación persigue que los visitantes que llegan a Sóller en coche «lo dejen estacionado en los párquings disuasorios que se habilitarán en breve junto a la carretera del Desvío». Aunque los vehículos empadronados podrán circular libremente dentro de la ZBE, también se contemplan que la zona incluya algunas áreas ACIRE. Se trata de zonas donde actualmente ya existe cierta limitación, como la calle Lluna y la Volta Piquera, a pesar de que se incumple frecuentemente por falta de control. En este sentido, el proyecto también contempla la instalación de cámaras de vigilancia en toda la zona afectada.

Aparcamiento

En lo que se refiere al aparcamiento, Porcel asegura que, dentro de la ZBE, «se regulará el aparcamiento por zona verde y, por lo tanto, solamente podrán estacionar los residentes, lo que también incluye el uso de los párquings del interior».

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Todos estos aspectos se regularán mediante una ordenanza de circulación que se está redactando en paralelo a la implantación de ZBE. Entre las excepciones que se contemplarán se incluyen el transporte público y vehículos empadronados en Mallorca, aunque no sean de Sóller, que podrán hacerlo un número de veces limitado por año. Este último aspecto se controlará mediante las cámaras de vigilancia que dispondrán de tecnología avanzada para la lectura automática de las matrículas.

Finalmente, Porcel ha avanzado que de forma paralela se reordenarán todos los aparcamientos del centro, a la vez que se redactará un nuevo Plan de Movilidad para todo el municipio. También se ha encargado un estudio del impacto económico que podría tener la implantación de la ZBE.

Hay que tener en cuenta que el objetivo de las ZBE es la disminución de la polución, por lo que el concejal recuerda que las restricciones de circulación no afectarán a los vehículos eléctricos, independientemente del lugar donde estén matriculados, que sí que podrán circular libremente por el centro a pesar de no ser vehículos residentes.

De momento, Porcel no ha avanzado detalles del calendario de implantación de un plan tan ambicioso, que incluye cambios de dirección que ya se habían experimentado sin éxito.

El Ajuntament cuenta con fondos europeos para implementar el proyecto que, en principio, debería estar en marcha este verano.

Punto de vista
Lola Olmo

Complicado, pero necesario

Lola Olmo

El plan del Ajuntament de Sóller para pacificar el tráfico interno y salvar a sus vecinos del colapso cada vez que necesitan entrar o salir del valle es complicado, pero necesario y urgente. No pueden repetirse situaciones como las del verano pasado en las que los sollerics sufrieron atascos diarios de horas. Eso sí, la ZBE tiene que llegar con una tecnología eficaz y personal para controlar que se cumplen las restricciones. Y si el sistema no previene situaciones en las que esté justificado entrar en la zona, las alegaciones llegarán por miles.