TRADICIÓN

Los Cossiers honran a Sant Honorat

Decenas de vecinos volvieron a disfrutar con las danzas ancestrales ante la iglesia, para honorar al patrón

Imagen de uno de los bailes de los 'cossiers' este jueves con motivo de Sant Honorat en Algaida | Foto: Gori Vicens

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Los Cossiers y el Dimoni -este año no ha habido Dimònia, como el año pasado- volvieron a ser los protagonistas de la celebración de Sant Honorat, patrón de Algaida. Poco antes de las 11 de la mañana, el sonido de los cascabeles anunciaban la fiesta justo ante de emprender el camino hacia la iglesia. En el interior del templo parroquial el momento más esperado llega con el ball de l’Oferta a cargo de los Cossiers.

Mientras, en la plazoleta, los vecinos -muchos niños y jóvenes- ya iban marcando el rotlo y haciéndose un sitio en primera fila para ver danzar a los Cossiers. El Dimoni, que no entra en la iglesia, se encargaba de marcar el espacio con su barrota, para que el rotlo no se estrechara, haciendo las típicas diabluras de perseguir a los niños que intentaban tocarle el picarol.

Bailes

Finalizada la misa, los Cossiers, ataviados con el traje característico, con un blanco puro con cascabeles, cintas de colores, sombrero y pañuelo, volvieron a danzar. Son siete bailes: Flor de Murta, els Reis, Mestre Joan, Obriu-nos, Dansa Nova (recuperada hace 43 años), el Margançó, y la última, que es Titoieta, el duelo entre la dama cossiera y el dimoni. Los asistentes rompen a aplaudir cuando el dimoni, tal y como marca la tradición, muere a los pies de los cossiers. Además, también danzan l’Oferta, en la iglesia, y ses Bombes durante el pasacalle entre el Ajuntament y la parroquia.

El hecho de ser entre semana e invierno y haber la vigilia de Sant Antoni en muchas localidades -en Algaida era festivo- hizo que no hubiera mucha masificación y que los espectadores pudieran disfrutar un año más de estas danzas ancestrales. Sólo bailan por Son Honorat y por Sant Jaume, el 24 y 25 de julio.