«Es imprescindible un cambio de modelo en el sector primario». Así de contundente se muestra el presidente de Asaja, Joan Company, al hacer balance del 2024 para el sector agrícola y ganadero de las islas. Los datos demuestran como el futuro del sector en Balears se dirige hacia una reducción del número de payeses, una mayor profesionalización y unas explotaciones agrarias más grandes. Una realidad que no gustará a algunos pero que es también tendencia en el resto del Estado si se quiere evitar el retroceso de las estructuras productivas actuales.
Así lo demuestran también los datos de la Política Agraria Común (PAC) de 2024. Joan Company recuerda que el año pasado se presentaron 5.021 solicitudes de ayudas PAC en Balears, un 4 % menos que el año anterior. «Unos datos alineados con el resto de comunidades de España», puntualiza.
Por contra, la reducción de hectáreas agrícolas productivas no es tan acusada (un 2 % menos en un año) lo que demuestra que «hay menos personas que solicitan ayudas pero se mantiene el número de hectáreas cultivadas», aclara. La cara más negativa de estos datos llega con los Ecoregiménes ya que Balears, junto a Murcia, se sitúa a la cola del Estado. «Hay un menor compromiso ambiental con la agricultura verde, pese a que la tendencia europea es fomentar este tipo de ayudas», explica.
Movilizaciones
Al hacer balance del 2024, el presidente de Asaja recuerda que el año se inició con protestas del sector -en febrero los payeses sacaron a la calle los tractores en Palma- y también terminó con protestas por el acuerdo del Mercosur. «Ha sido un año de batalla para el sector primario y confiamos que la Unión Europea abra el diálogo con los agricultores en este sentido», añade. Company tiene claro que la llamada ‘agricultura verde’ será clave para el futuro del sector y que esta también estará relacionada con un cambio de modelo productivo debido al cambio climático.
La sequía y las mayores afectaciones de los cultivos debido a las plagas se han vuelto una constante en los últimos años y, en especial, en este 2024 marcado fundamentalmente por precipitaciones escasas o a destiempo.
«El primer cuatrimestre de 2024 tuvimos temperaturas altas marcadas por un último trimestre de 2023 sin precipitaciones que afectó principalmente a los cultivos herbáceos. Ello ha provocado que los árboles no hayan podido hacer el ‘parón’ invernal y han aumentado las enfermedades». La cara positiva es que en el último trimestre sí se registraron precipitaciones «por lo que los ganaderos podrán respirar tranquilos ya que habrá pastos», recalca.
Pese a ello, Joan Company enfatiza en que el sector deberá hacer una importante reflexión sobre los modelos de producción actuales ya que el cambio climático es una realidad. «No tendremos otra opción que cambiar el modelo», explica al recordar las consecuencias que ha sufrido este 2024 sectores como el cereal, el olivo o los frutos secos con bajadas de producción.
Caída de un 62 % de la producción de cereal, los más afectados
Buena campaña de la patata pese a los límites fitosanitarios
Pérdidas de un 15 % en almendros y un 25% en algarrobos
La producción de la aceituna cae un 80 % por diversos factores
4 comentarios
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Claro, agenda 2030. Algunos muy ricos y la inmensa mayoría pobres. No solo los agricultores, será en todo
hace mucho tiempo se debía dar ese cambio de modelo... pero claro... es mejor relajarse y esperar que papá Estado lo arregle todo... ay... si estuviera Milei
Con la agenda globalista y la soga verde, nuestros agricultores tienen un futuro bien oscuro, nunca mejor dicho
Si, fincas más grandes, para placas solares