La mayoría de niños iban vestidos de ‘dimoni’ y la niñas de ‘pageses’. | TOMAS NONTES PALMER

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Muro vivió ayer por la mañana un evento entrañable con la celebración de las beneïdes infantiles, una tradición en auge que, tras tres ediciones, se consolida como un evento clave para transmitir la cultura popular del municipio a las nuevas generaciones.

Organizadas por la Escoleta 0-3 anys, las beneïdes se diseñaron con el objetivo de enseñar a los más pequeños las raíces y costumbres de Sant Antoni, fomentando su vínculo con el patrimonio cultural de Muro. En un desfile lleno de simbolismo, los niños, vestidos de pagesos, dimonis, autoridades, capellà y escolanets, recorrieron la avenida Santa Catalina Tomàs representando a los protagonistas tradicionales de estas festividades.

Esta es la segunda vez que Muro adapta las beneïdes de Sant Antoni específicamente para los niños, creando un espacio donde, además de aprender sobre la historia del pueblo, los más pequeños pueden perder el miedo a los dimonis, figuras esenciales de la tradición.

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El acto contó con la colaboración de múltiples grupos y colectivos que aportaron color y autenticidad a la jornada: pagesos con sus carros, colles de xeremiers, la banda de cornetas y tambores, el equipo directivo de la Escoleta, y Pony Express Mallorca, que añadió un toque especial al desfile.
Las beneïdes infantiles no solo buscan preservar el legado cultural, sino también unir a las familias en torno a una tradición que conecta generaciones. Los niños, acompañados por padres, maestros y vecinos, participaron activamente en el acto, demostrando que la transmisión de valores y costumbres sigue viva en Muro.

La celebración de las beneïdes infantiles se enmarcó dentro de un intenso fin de semana de actividades festivas que arrancaron el pasado viernes con el tradicional ‘Penjada de Penons’, un acto que marca el inicio de las celebraciones de Sant Antoni en Muro. Esta tradición, que tiene lugar cada antes de la festividad del santo protector de los animales y el campo, incluyó la colocación de los penons —grandes banderas azules con la inscripción de la tau de Sant Antoni en rojo— en el Ajuntament i la Iglesia.

También se inauguró la exposición de los Dimonis de Jaume Blai, un atractivo añadido que permitió a los vecinos y visitantes admirar las creaciones de esta figura emblemática. El evento estuvo presidido por los gegants Toni y Joan, con el acompañamiento de los xeremiers de Es Reginyol, que aportaron música y solemnidad al acto.

Ese mismo día por la noche, la torrada solidària congregó a 545 personas en un evento que combinó gastronomía, tradición y solidaridad. La plaza se llenó de vecinos que, además de disfrutar de la torrada, participaron en el ensayo general de la tonada Santantoniana junto a la Banda de Música de Muro, que interpretó las melodías más icónicas de la festividad.