Después de que Salut Pública otorgue el permiso como operador del matadero a la Conselleria de Agricultura, los productores de pollo podrán volver a usar las instalaciones. | Juanjo Roig

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El matadero de aves de Inca podrá reanudar su actividad a partir de la próxima semana una vez la dirección general de Salut Pública otorgue por segunda vez la cesión de la gestión del uso temporal de las instalaciones a la dirección general de Agricultura, Ramaderia i Desenvolupament Rural hasta el 31 de marzo. El tercer actor es el Ajuntament d’Inca, que el 3 de enero aprobó por junta de gobierno la cesión de las instalaciones para que los productores puedan sacrificar los pollos a partir del momento que Salut dé el visto bueno.

El director general de Agricultura, Ramaderia i Desenvolupament Rural, Fernando Fernández, relata que en los últimos meses de 2024 «asumimos la responsabilidad de realizar las funciones de operadores del matadero tras una medida muy excepcional otorgada por Salut Pública». En diciembre, los productores de pollo de Mallorca anunciaron su intención de constituirse en microcooperativa, por lo que «hemos realizado la petición a Salut Pública para reabrir el matadero y ampliar el plazo extraordinario hasta el próximo 31 de marzo».

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La intención es que una vez haya concluido este plazo, «toda la tramitación formal de la microcooperativa ya estará realizada y estará dada de alta en Salut Pública como operador del matadero», indica Fernández. Seguidamente habrá que acordar con el Ajuntament d’Inca la prórroga que se les otorgará para seguir usando las instalaciones. El alcalde de Inca, Virgilio Moreno, mantiene que «el Ajuntament trabaja codo a codo con el Govern para encontrar una buena solución para el matadero. Estamos dispuestos a dar todas las prórrogas que sean necesarias para ceder las instalaciones y posteriormente comenzar un proceso de concesión pública».

Fernando Fernández señala que su dirección general ha realizado un estudio para determinar el punto de equilibro de la viabilidad del matadero de aves de Inca. «Primero se hizo un análisis del coste de la deuda de los últimos tres año y lo que costaba el sacrificio de cada pollo. También se estudiaron los costes mínimos necesarios y se añadió la contratación de una persona responsable». Así, «para alcanzar el punto de equilibrio con los que cubrir los costes y la producción hay que sacrificar 44.140 pollos al año». En 2024 se sacrificaron 15.000 pollos, «pero la tendencia desde 2020 ha ido aumentando» y se podría llegar al objetivo.