Arrels Marines replantó posidonia en la bahía de Pollença. | Colau

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La asociación Arrels Marines, dedicada a la protección del mar Balear, ha presentado alegaciones al proyecto del segundo cable eléctrico entre la Península y Mallorca ante el al Ministerio para la Transición Ecológica. Con ello, la entidad pretende que se minimice el impacto ambiental del proyecto en las áreas protegidas de las bahías de Pollença y Alcúdia, promoviendo un enfoque sostenible que priorice la reducción del consumo energético en lugar de aumentar la capacidad de suministro.

La asociación propone medidas específicas para proteger el ecosistema marino, como la replantación de las praderas de posidonia afectadas, la gestión responsable de materiales contaminantes como la bentonita y la evaluación de alternativas al trazado actual para evitar daños a hábitats sensibles, como los fondos coralígenos. Asimismo, subraya la necesidad de adoptar políticas que impulsen el decrecimiento energético como respuesta a la crisis climática y la saturación territorial.

Admiten que el proyecto ya busca minimizar el impacto, aunque lamentan que se estima que 975 metros cuadrados de estas praderas podrían verse afectados por la apertura de zanjas necesarias para instalar los cables, lo que representa una «amenaza significativa». Además, desde la entidad recuerdan que el trazado afecta a dos bahías, ambas parte de la red europea Natura 2000 como Lugares de Interés Comunitario (LIC) debido a la presencia de praderas de posidonia, esenciales para la biodiversidad y la salud del ecosistema marino.