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En un tiempo no tan lejano, en los pueblos de Mallorca todos los vecinos se conocían por el malnom de la familia, un apodo que se transmitede padres a hijos, y cuyo origen no siempre está claro. Esta curiosidad cultural está abocada al olvido, porque las nuevas generaciones de mallorquines han dejado de usarlos, y además la sociedad actual es un crisol de gente llegada de distintos municipios, países y culturas.

Alcúdia no es ajena a la pérdida de los malnoms y está decida a rescatarlos del olvido. El Ajuntament d'Alcúdia ha hecho un llamamiento para que todos los vecinos interesados en participar en un proyecto de recuperación de esta singular nomenclatura se inscriban y recibirán una baldosa con la inscripción de su malnom familiar para que puedan lucirla en la fachada de sus casas. Y se ha corrido la voz como la pólvora. Medio centenar de alcudiencs colapsaron este miércoles los teléfonos del departamento de Normalització Lingüística, y también el de la concejala responsable del área, Carme Garcia, quien no podía salir de su asombro por la gran respuesta que ha tenido.

Interés colectivo

«La idea había surgido con la colaboración de Dora Riutort en el departamento de Normalització Lingüística hace años, pero entonces no la pudimos realizar y ahora la hemos querido recuperar; se anunció a través de las redes sociales del Ajuntament el miércoles y en una mañana nos colapsaron los teléfonos, whatsapps y las hojas de registro, nos llamó muchísima gente de Alcúdia interesándose por esta propuesta y aportando su malnom familiar», explica Garcia.

Seguinet, Can Blanco, des Molí, Can Pati, Can Serrell, Can Puetà, Can Peret, Ca na Castell, Can Minyo, Can Bernasseta, Ca na Blanca... son solo algunos de los malnoms de familias de Alcúdia que ya se han solicitado, además de Can Rovet, que es el que se ha usado para encargar las baldosas de muestra y escoger el diseño. Las placas son gratuitas y se deben solicitar rellenando una hoja de registro en el Ajuntament y una pequeña ficha con los datos.

baldosa con los 'malnoms' de Alcúdia
El diseño de la placa piloto es obra de la maestra ceramista Francisca Truyol de Inca.

Baldosas artesanales

Las baldosas han sido encargadas a la maestra ceramista Francisca Truyol, de Inca. Los colores escogidos son azul y blanco, como un guiño a los colores del equipaje del equipo de fútbol local, el centenario U.D. Alcúdia, y también en alusión al mar, tan presente en el municipio.

El proyecto no se detiene en conocer los apodos familiares tradicionales y colgar las baldosas en las fachadas, sino que «se harán unas fichas con la información que podamos recabar sobre cada uno e indagaremos en sus orígenes, con la idea de en un futuro, quizás poder editar un libro», añade Garcia.

Los mismos alcudiencs han planteado cuestiones que se tendrán que estudiar: ¿Qué pasa si vives en una casa catalogada o en una finca de pisos? ¿Se pueden pedir dos malnoms, el del padre y el de la madre?. La respuesta de Garcia es que «les animo a todos a solicitarlos para recuperar este signo de identidad local y luego daremos respuesta a cada caso».