Recogida de basura en el Avenc del Puig de Maria. | Federació Balear d'Espeleologia

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Un grupo de cincuenta voluntarios han logrado sacar este pasado fin de semana más de tres toneladas de residuos del Avenc del Camí en el Puig de Maria de Pollença. Se trata de una cavidad de más de treinta metros de profundidad y quince de longitud horizontal que hasta ahora se encontraba casi bloqueada por la cantidad de basura que se ha depositado durante décadas. De hecho, hasta los años 90 del siglo pasado se utilizaba como vertedero de la ermita del Puig de Maria y de ‘papelera’ para los transeúntes.

Este proyecto de limpieza, que continuará a lo largo de próximas jornadas, ha sido promovido por Xisco López, Rafael Llompart y Pedro Vicens, miembros de la entidad Promotors Avenc. Para poder llevarse a cabo han contado con la colaboración de la Federació Balear d’Espeleologia, el Ajuntament de Pollença, Protecció Civil, la Obreria del Puig de Maria y la empresa Potencia.

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Al ser una zona de difícil acceso, las tareas contaron con la supervisión de los espeleólogos, que se adentraron en la cueva para vaciarla de todo tipo de residuos, desde botellas, latas de refresco, plásticos, desechos orgánicos e incluso un frigorífico, que llevaban ahí años. De hecho, se han previsto más jornadas de limpieza sobre el próximo mes de septiembre.

Otra de las dificultades con las que han tenido que lidiar los voluntarios ha sido el transporte de los residuos retirados hasta el punto de recogida. Para ello tuvieron que hacerlo con las bolsas cargadas al hombro o mediante el uso de una mini oruga que facilitó el trabajo.

De todo

Para poder acceder a la cueva se instaló un sistema de polea manual con cuerda para poder transportar hacia el exterior la basura recogida por los espeleólogos. Estos iban equipados con anclajes fijos dentro de la cavidad y crearon en el primer tramo horizontal una línea de vida. En el tramo vertical se actuó sobre la marcha al desconocerse cuál era el estado del pozo en esos momentos. Otro grupo de voluntarios llenaba los capazos de goma, que se enganchaban a la polea para acercarlos a la boca de la cavidad. En el exterior se dispuso una lona para vaciar las sacas con los residuos y clasificarlos.