El Ajuntament da a conocer el pasado industrial de es Pont d’Inca a través de un documental. | C.A.

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«En 1934, en el Pont d’Inca cada día se hacían 2.100 litros de alcohol y seis toneladas de garrofín». Con estas palabras en boca del historiador Francesc Vallcaneras empieza el documental Sa Refinadora, una història d‘Es Pont d’Inca que hace un recorrido sobre este núcleo urbano de Marratxí y la importancia que tuvo en su momento la antigua fábrica de Industrias Agrícolas de Mallorca. A mediados del siglo XIX el Pont d’Inca era lo que hoy llamaríamos una ‘ciudad dormitorio’ donde pernoctaban los payeses de la Part Forana con sus animales y mercancías antes de llegar a Palma. Pero fue en 1875, con la llegada del tren, cuando este núcleo de Marratxí tuvo un importante impulso mercantil.

Allí se instalaron un grupo de empresarios de la Part Forana donde levantaron la fábrica Industrias Agrícolas de Mallorca, hoy conocida como sa Refinadora. Esta empezó a funcionar en 1931 para el tratamiento de la algarroba y que contribuyó decisivamente a la dinamización social del Pont d’Inca. «Tenían casi 200 trabajadores, que faenaban en diferentes turnos y había máquinas que no se paraban nunca», explica Vallcaneras al recordar la importancia que tuvo la fábrica en su momento para el procesado de la algarroba y donde producían productos de toda clase. Desde alcohol, a garrofín o la cola Aprestagum. «La mayor parte de la producción se exportaba a Europa, incluso a Estados Unidos», añade Vallcaneras, buen conocedor de los entresijos de sa Refinadora ya que su abuelo fue el encargado de la fábrica desde 1926 hasta 1967.

Precisamente, poner en valor el patrimonio industrial del Pont d’Inca es el objetivo de este documental que ha sido producido por el Ajuntament de Marratxí junto con la productora Cinètica Produccions. Desde 2005, este edificio es de titularidad municipal y ahora se está reformando -por fases- con la intención de convertirlo en un espacio socio cultural de referencia para la localidad. La semana pasada sa Refinadora abrió por primera vez sus puertas al público desde que se empezó la reforma para acoger la presentación del documental. Los trabajos de reforma se centran en dotar al edificio de diferentes equipaciones culturales como un teatro o una biblioteca y que aspira a ser un referente dedicado a la música y a las artes. Serán 5.000 metros cuadrados de historia y actividad cultural.