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Aunque todas las miradas estén puestas en el proyecto de reapertura del hotel Four Seasons Resort Mallorca at Formentor, la propiedad del establecimiento y de la finca ha puesto en marcha un proyecto para integrar y mejorar el entorno de la parcela, que cuenta con 1.250 hectáreas de terreno. El foco se ha puesto en el ámbito agrícola y forestal, además del patrimonial, con Ses Cases Velles como principales atractivos. Una vez haya abierto el resort, en primavera de 2024, se ha previsto la organización de visitas guiadas a las viñas, al olivar, al nuevo huerto y a la zona forestal del entorno de Ses Cases Velles. Los visitantes también podrán visitar el interior de la possessió, donde se realizará una actuación para realzar la riqueza patrimonial y etnológica de la construcción.

El proyecto agrícola y forestal de la finca Formentor ha sido encomendado al solleric Miquel Carreras. Con su extensa formación académica en el ámbito forestal, paisajístico, agroalimentario, del medio rural y de la enología trabaja desde 2022 en el proyecto de Formentor. Resalta que «es uno de esos modelos de finca que el turismo permite que se pueda conservar, mejorar y dar valor a sus productos, apostando por el uso de las variedades locales». Entre los objetivos se quiere «poner en valor el producto de la tierra, cuidar el entorno y también impulsar la cara más desconocida de Formentor».

La actividad agrícola en la finca Formentor está centrada en tres ejes: el viñedo, el huerto y los olivos, además de la gestión forestal. Uno de los principales esfuerzos se encaminan «hacia la transformación de toda la actividad y procesos agrícolas en ecológicos, con una apuesta por el decrecimiento de la huella ambiental reduciendo al huella hídrica gracias al uso de agua regenerada. También prevemos un descenso de la huella de carbono al producir alimentos de kilómetro 0 y el uso de fertilizantes de síntesis», explica Carreras.

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En cuanto a las viñas se está utilizando ahora una zona de siete hectáreas frente a Ses Cases Velles en la que se cultiva tanto la uva blanca (con las variedades autóctonas prensal blanc, malvasia y giró ros, además de la francesa viogner) como uva negra (las autóctonas caillet y gorgollosa, seguidas por las francesas cabernet sauvignon y sirah). El vino elaborado forma parte de la IGP Vi de la Terra de Mallorca y en la actualidad se está proyectando una nueva imagen y presentación que coincida con la apertura del establecimiento hotelero.

El vino se ofrecerá en el resort y también se pondrá a la venta comercial. El huerto es un proyecto aún en elaboración que consistirá en la plantación de una zona de tres hectáreas destinada al cultivo de árboles frutales y hortalizas, que se utilizarán para abastecer los restaurantes del hotel. Por último, las dos hectáreas de olivos reúnen la variedad local empeltre, además de la arbequina la y picual. ​

La gestión forestal está íntimamente relacionada con la explotación agrícola. «La riqueza de biodiversidad, al tratarse de un ecosistema muy poco alterado, es enorme y estamos llevando a cabo varios trabajos de mejora, recuperación y reaprovechamiento», indica Miquel Carreras. Por el momento se han rehabilitado tres cortafuegos ya existentes que habían desaparecido y está previsto hacer lo mismo con otros siete. La reapertura de estos cortafuegos ha permitido reaprovechar el material forestal triturado, esencialmente pinos, para su uso en jardinería y huerto. También se quiere recuperar el encinar con la plantación de encina micolizada que permita producir trufa y ya se ha encontrado la apreciada trufa blanca.