El Ajuntament ha notado un aumento de la demanda de viviendas de uso compartido. | ARCHIVO

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El pleno del Ajuntament d’Inca ha aprobado en el pleno de este jueves de forma definitiva una modificación puntual de la nornativa urbanística con el objetivo de incorporar la figura del uso residencial compartido en las tipologías residenciales permitidas.

Hasta el momento, la modalidad de coliving o cohousing, (el primero relacionado con jóvenes que quieren emanciparse y el segundo, a personas mayores que desean compartir una vivienda con espacios privados) no estaba contemplaba en el PGOU de Inca, por lo que las cooperativas, entidades y particulares que se habían interesado en la capital del Raiguer se encontraban con grandes dificultades para poner en marcha la iniciativa.

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De esta forma, ahora se exige que el residencial colectivo esté estructurado «en un mínimo de cinco unidades habitacionales de máximo dos plazas cada una que cuenten con espacios comunitarios» Cada una de estas unidades deberá contar «con baño propio y su superficie será de, al menos, 24 metros cuadrados, con acceso mínimo de 12 metros cuadrados a espacios comunes».

Desde el Ajuntament d’Inca se había detectado en los últimos meses «un incremento del interés social para introducir nuevas tipologías residenciales y su incorporación en la normativa urbanística permitirá flexibilizar el uso residencial compartido», explica el rgidor de Urbanisme, Andreu Caballero. No se descarta «la cesión de suelo a través del Ibavi. Lo que debe quedar claro es que el modelo de propiedad que plantea el uso compartido impide que se pueda especular con estas viviendas», concluye.