En la vivienda tutelada de Binissalem hay siete usuarios, uno de ellos mayor de 80 años. | Juanjo Roig

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El servicio de comedor social de Binissalem, que está gestionado por una empresa desde hace más de un año, ha recibido numerosas quejas por los retrasos y deficiencias que se producen casi a diario. Además de varios testimonios que ha podido recoger este diario de forma anónima, el portavoz y candidato del PSOE, Josep Maria Pons, también denuncia esta situación.

«Los problemas con los retrasos a la hora del reparto de las comidas son constantes y el Jueves Santo ya se llegó al límite cuando los residentes de la vivienda tutelada de la calle Andreu Villalonga recibieron su almuerzo pasadas las ocho de la tarde», explica Pons. Se trata de siete usuarios, uno de ellos de más de 80 años. Además, «en ocasiones las raciones distan mucho de ser adecuadas», relata.

Desde el PSOE recuerdan que «la empresa que lleva ahora el servicio, y que no está especializada en el sector, fue incluida en la investigación judicial al alcalde por figurar en numerosas facturas sin justificar que los partidos de la oposición denunciamos en su momento».

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Por su parte, el alcalde de Binissalem, Víctor Martí (UxB) ha respondido a estas quejas diciendo que «el servicio funciona con normalidad. Se han producido algunas incidencias puntuales, que se están solucionando».

Además del PSOE, los otros dos partidos de la oposición de Binissalem (PP y Més) han mostrado su intención de recuperar la municipalización del servicio de comedor social en caso de gobernar en la próxima legislatura.

Catalina Maria Mascaró (PP) manifestó hace unas semanas que la mejora era necesaria, «tras recibir muchas quejas de usuarios que nos trasladan su malestar porque el servicio es deficiente, con comida de mala calidad y sin las condiciones de higiene adecuadas».

Desde Més, su portavoz y candidata Aurora Mateu señala que «somos partidarios de la gestión directa y la remunicipalización de los servicios públicos que se han externalizado. Eso sí, se tiene que hacer bien, con la creación de plazas y no sobrecargando al personal de Serveis Socials con funciones que no les corresponden».