Una de las obras más relevantes de este elenco de 21 piezas que decoran el Hospital de Inca. | Pascual Ribot

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El mundo de la psiquiatría se ha convertido en un tema tabú. Siempre ha tenido una sombra alargada que persigue constantemente a los pacientes y no deja que se liberen opiniones sobre aquello que atañe a esta ciencia. Es por ello que Carmen Casero, auxiliar de Psiquiatría en el Hospital Comarcal Inca dejó fluir su imaginación y talento para crear una exposición. ‘El pasillo de las maravillas’ «es un viaje hacia la cara más alegre de un gris hospital», mencionó.

Carmen empezó con este proyecto de manera desinteresada y ha descubierto una nueva terapia para sus pacientes. «Lo hago con ellos también. Nos sirve a los dos porque yo trabajo y me desahogo y ellos ven una manera en la que desconectar». Esta iniciativa cuenta con 21 piezas que se pueden contemplar durante 15 días por los pasillos del edificio. El proyecto sirve para darle «color y alegría a las instalaciones», insistió Carmen.

A lo largo del pasillo que decoraron con estas piezas realizadas con papel y agua con cola, se pueden observar los órganos del cuerpo humano hechos con diferentes colores para darle un toque alegre. Destaca el corazón, la pieza codiciada por la artista. «En el centro se ve un mundo marino, que me encanta y la convierte en muy especial para mi», comentó entusiasmada al ver su obra.