Catalina Pascual con una foto de cuando impulsaron los Reyes Magos. | R.P.F.

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En abril cumple los 91. Es una leyenda viva de Sant Llorenç. Catalina Pascual Pascual, ‘Tomasa’ (1932) es una mujer decidida, emprendedora, activista cultural, madre, abuela... Cuando las mujeres lo tenían más difícil en el ámbito laboral ella no se amilanó ante nada y    en los 70 se convirtió en una valiente empresaria de una fábrica de bebidas carbónicas.Ha dedicado su vida a los demás, a organizar actos sociales y a dinamizar el pueblo. Los alumnos del colegio público Mestre Guillém Galmes, con motivo del 8-M, realizaron un acto simbólico y le dedicaron una placa de una calle.

¿Quién es na Catalina Tomasa?
— Una persona sencilla que ama a todo el mundo. Últimamente me emociono mucho con todo. La verdad es que he disfrutado mucho de esta vida. Estoy muy agradecida a Dios porque las cosas siempre me han ido muy bien.Tengo dos hijos y una hija, cinco nietas y un nieto y un bisnieto. Soy muy feliz. Mi día a día es preparar la comida para todos, ir a hacer un café con mis amigas, ver un rato la televisión.

Y dar consejos con vídeos en Facebook...
— Mi nieta me los sube. Ya tengo 52 publicados. Mi objetivo es dar consejos a los jóvenes. No hay que tener complejos de ningún tipo. Quiero enseñarles a encontrar la felicidad. Yo les digo: chicos hay que tener ilusión en cada una de las cosas que uno hace; dejar la rabia y el rencor de lado y ya vereis como vuestro cuerpo se sentirá feliz, más fuerte. Hay que ir al trabajo con ilusión, siempre con una sonrisa.

¿Ello fue la clave para convertirse en una empresaria de éxito?
— Nunca me he rendido ante nada. Hasta los 16 años fui a escuela, luego iba a bordar a máquina y creía que si algún día tuviera que dejarlo me moriría. Mi hermana vivía en Inca y tenía una fábrica de bebidas carbónicas. Montó una sucursal en Sant Llorenç. Era en el 68. Unode los socios lo dejó y me ofrecieron a mi el cargo. No lo dude un minuto. Estuve 20 años hasta que mis hijos cogieron el relevo. Abría la fábrica, preparaba el jarabe para llenar las botellas, ayudaba en las fabricaciones, en la oficina.... A las 12 salía a hacer la comida y por la tarde era la que cerraba la fabrica. Con mis 90 años sigo cocinando para todos cada día.

Fue una mujer avanzada a su tiempo.
— En aquel tiempo mi marido trabajaba en un taller de bordados y yo era la empresaria; en aquellos momentos era un poco el mundo al revés. Él también fue cuatro años alcalde. Incluso en una ocasión Adolfo Suárez vino a casa. La vida me ha ido muy bien y a mi me gusta aprovechar mi experiencia para    contar a los demás todo aquello que he hecho.

Es usted muy creyente.
— Es que Dios me ilumina y me ha dado el coraje. Siempre he sido una persona muy decidida, tengo claro que todos nacemos con el destino marcado. Y si todos aprendemos a amar al prójimo seremos muy felices.   

Es una mujer muy fuerte, ¿cómo vivió la Guerra Civil?
— Tenía cuatro añitos. Me acuerdo muy bien de que mis padres lo pasaban mal. Oíamos los aviones y nos escondíamos en un avenc. En una ocasión mi madre tuvo un disgusto porque a mi me gustaba hacer siesta y a la hora de escondernos por los aviones yo me quedé dormida en mi cuarto; no me fui con ellos y al no encontrarme todo el barrio salió a buscarme.

Lo bien que le ha ido la vida revierte en hacer cosas para los demás, un noble objetivo...
— Soy muy feliz ayudando a la gente. En el año 61 empecé a promocionar muchas cosas de mi pueblo, montamos los Reyes Magos llevando ilusión a los niños. En el 92 vinieron a buscarme porque me necesitaban para estar en la junta de las personas mayores. En el 96 hicieron elecciones y entré de presidenta de la tercera edad. Estuve al frente 22 años. Incorporamos las fiestas de Corpus Cristi, impulsé un coro parroquial, monté una tuna... podríamos llenar páginas y páginas del periódico.

Además escritora y actriz.
— Siempre he sido la primera que se apuntaba a todo lo que se hacía. Participé en dos películas amateurs, en 15    obras de teatro, en pases de modelo, bailando en festivales, todavía hoy sigo haciendo de Verónica durante la Semana Santa...También he escrito dos libros uno en el 2010 y otro en el 2020 sobre consejos para una experiencia sana.

Los niños han querido hacerle un buen homenaje, tal y como se merece...
— La idea de los alumnos me encantó, tener la oportunidad de contarles lo que ha sido mi vida ha sido emocionante. En los rótulos pusieron un código QR donde se escuchaba la historia. Estoy muy agradecida.