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Una nueva vida para la madera de aquí. Éste es el objetivo del proyecto «Amarar», una prueba piloto que, financiada por la Conselleria de Medi Ambient i Territori a través de una convocatoria de subvenciones para la economía circular, pretende reaprovechar una materia primera como la madera caída de nuestros bosques o bien por fenómenos meteorológicos adversos o por la misma gestión forestal y convertirla en muebles para nuestros hogares o empresas.

Una idea que se ha hecho realidad gracias a la carpintería Galmés de Vilafranca de Bonany y la colaboración de la Fundación Esment. La arquitectura de la mano de empresas locales y empresas sociales que han convertido este proyecto en «la hoja de ruta a seguir» para conseguir el cambio necesario en el sistema productivo de las Islas, tal como ha explicado el conseller de Medi Ambient i Territori, Miquel Mir en la visita que ha hecho hoy a la fábrica de la carpintería.

Este proyecto, coordinado por el arquitecto Francisco Cifuentes, empezó a formarse después de que el cap de fibló de Banyalbufar dejara más de 300.000 árboles en el suelo con la peligrosidad de incendio forestal que ello conlleva y desaprovechando esta materia primera. «Con setenta toneladas de madera podemos crear hasta cien muebles»; explica Francisco Cifuentes. Este hecho y esta idea fueron la semilla de «Amarar» que sigue su camino y, que incluso ya cuenta con algunos troncos de la última borrasca Juliette que están preparados en el patio de la carpintería para su nueva vida.

A partir de aquí, en la misma carpintería se procesan los troncos de los árboles para después tratarlos y convertirlos en muebles. Por ahora se trabaja con 30 prototipos de muebles así como mesas, sillas o incluso muebles de cocina. Todo, con pino de Mallorca, una madera históricamente infravalorada y que, bien tratada puede ofrecer muy buenos resultados. «Se trata de conocer a fondo la madera de pino y aprovechar sus cualidades», matiza Cifuentes.

Pero el proyecto no acaba aquí. La parte social de éste llega de la mano de la fundación Esment, que, por una parte, compra y utiliza estos muebles para sus instalaciones, y por otra, implica a sus usuarios, personas con discapacidad intelectual, haciendo que participen de las tareas productivas de los muebles poniendo protección de aceite a los muebles, participando de las tareas de montaje o limando... y creando así nuevos puestos de trabajo.

Diseño, investigación y producción entorno a esta materia primera quilómetro cero que nos permitirá conocer de dónde provienen y quien ha fabricado y diseñado los muebles que habitan nuestros hogares a la vez que contribuye a cuidar el medio ambiente a través de la economía circular.

Desde la Conselleria han invertido un total de 1,3 millones de euros en 14 proyectos de economía circular. De éstos, 122.000 euros han sido para «Amarar».