Toni Fullana, uno de los propietarios del establecimiento | Cati Amores

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El bar Mingo, uno de los establecimientos más emblemáticos de Manacor ha cerrado sus puertas voluntariamente casi una semana tras unos rumores de intoxicación alimentaria. Unos rumores que han sido totalmente desmentidos por la Conselleria de Salut y por los propietarios tras un exhaustivo trabajo para esclarecer lo ocurrido. Sin embargo, ya ha ocasionado un grave daño moral y económico. Hoy, el Mingo reabre sus puertas tras una dura semana.

¿Cómo empezó todo?
Hace dos semanas unos clientes nos informaron que habían pasado un virus y que quizá lo podrían relacionar con la comida de nuestro bar. Desde el primer momento estuvimos al tanto y avisamos a Sanidad. Desde allí nos dijeron que había un virus generalizado en la Isla y que era muy contagioso, pero que no había ningún indicio de intoxicación alimentaria, por lo que seguimos el trabajo sin darle más vueltas.

Pero el rumor se hizo grande...
Sí, unos días después, un grupo nos volvió a llamar avisando de algo similar. Era un grupo de deportistas se encontraban mal y habían venido a cenar. Ante esto, volvieron los fantasmas y decidimos que ante cualquier otra información similar deberíamos tomar medidas. Así lo hicimos tras conocer un caso similar. El sábado pasado cerramos las puertas del bar pese a tener reservas, todo un fin de semana por delante y el lunes de mercado, que es uno de los mejores días de la semana. Lo hicimos por prevención y de forma voluntaria. Y volvimos a hablar con la Conselleria de Salut.

¿Había alguna relación entre casos?
Ninguna. Esto también era un cosa que nos sorprendía. No habían coincidido en comida y en terraza no ha habido ningún caso, lo que al final es una prueba más que el virus existe, pero no es ninguna bacteria y se puede coger por contacto en cualquier sitio.

¿Y cuál fue la reacción de Salut Pública en esta segunda ocasión ?
Primero nos dieron la enhorabuena por haber tomado la decisión de cerrar, ya que son conscientes de la repercusión económica de ésta. Nos recordaron que no teníamos ninguna obligación de hacerlo y nos repitieron que no había ningún caso, ya que no se había activado ninguna alerta epidemiológica.

¿Cómo funcionan estas alertas?
Si una persona va al hospital, al centro de salud o a cualquier médico público o privado y detecta una intoxicación alimentaria, inmediatamente se avisa a sanidad que al cabo de horas ya inspecciona el local dónde se ha podido producir. En este caso no ha habido ningún caso bacteriano, por tanto, no ha existido intoxicación alguna.

Aún así, ¿decidisteis hacer pruebas para confirmarlo?
Sí, el lunes de esta semana volví a Sanidad pidiendo que me dieran una solución. Me repitieron que no había caso pero por mi insistencia vinieron y hicieron una inspección que ha salido completamente normal.

Al final, todo ha quedado en eso, en rumores.
Es cierto, aunque nadie sabe el mal que nos han hecho no sólo económicamente sino también moral. Aunque vale la pena destacar que ha habido también muchísima gente que nos ha apoyado en este proceso. En realidad, nosotros tres somos los que lo sufrimos. Tenemos que seguir pagando lo mismo cada mes aunque hayamos cerrado una semana.