Maria Eugènia durante la entrevista para este periódico. | Cati Amores

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Paseando por el pueblo que la vio hacer historia, Maria Eugènia Díaz Munió no deja de saludar a todos los vecinos. Y es que ha sido y sigue siendo una mujer carismática allá por dónde va. Ella se convirtió en la primera mujer en ocupar un lugar como regidora en el Ajuntament de Sant Joan en el año 1999, donde estuvo hasta el año 2011. Hoy, 24 años después de tomar el cargo se le rendirá un homenaje en su pueblo de adopción.

¿Cómo empezó su andadura en la política municipal?
—Estudié para maestra en la Escuela de Magisterio de las Teresianas de Bilbao. Vine de vacaciones y me enamoré de un santjoaner. Vine a vivir aquí y empecé a trabajar en una escuela de Palma. Mientras, pasaba los fines de semana en el pueblo. Por contactos en el colegio, se me ofreció desde la cúpula del partido (PP) de Palma entrar en la asociación local de Sant Joan y acepté encantada ya que me gustaba mucho este mundo.

¿Encontró alguna dificultad en su trabajo siendo la única mujer del Ajuntament?
—Por suerte, no. Siempre me acogieron muy bien y pude desempeñar mi función con todas las garantías.

¿Cuanto tiempo estuvo en política?
—Estuve en total tres legislaturas, del 1999 al 2011.

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En este tiempo, precedió a otras mujeres. ¿Qué supone esto para una mujer?
—Es todo un orgullo formar parte de la historia del pueblo y ser parte de ella. Ser la primera y la que dio paso a muchas otras, es todo un honor.

¿Cuál fue su mayor aportación al pueblo?
—Durante mi tiempo en política me encargué casi siempre de las áreas de Educación, Juventud, Deporte y Cultura. Hice promoción del deporte y de las actividades culturales. He sido siempre colaboradora de entidades sociales y también ayudé a impulsar la revista Damunt Damunt. Además soy una gran aficionada a la fotografía y tengo un gran fondo documental gráfico de la cultura popular santjoanera, a la que, considero, aporté mi entusiasmo y mis conocimientos.

¿Cómo se definiría cómo política?
—Un compañero me dijo una vez: «no eras buena política porqué hablas con todo el mundo». Así que puedo decir que tengo un carácter abierto y me considero una persona empática que mira por sus vecinos por encima de ninguna sigla política.

¿Ha cambiado la manera de hacer política?
—Muchísimo. Nada es como era antes.

¿Puede elegir una anécdota de estos 12 años?
— Quizá coincidir en mi última legislatura con uno de mis hijos. Fue una experiencia bonita.