Fernando Fuente en un aula de Carpintería del Centre de Formació. | R.P.F.

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Fernando Fuente (Burjassot, 1993) es el coordinador del área de Formació del Ajuntament d’Inca. Desde el Centre de Formació situado en el cuartel General Luque se imparten varios proyectos duales y mixtos con una alta tasa de inserción laboral. La capital del Raiguer ha sido un municipio pionero en la implantación del sistema dual en la Isla y en los últimos años se ha potenciado.

¿Cómo está configurada la oferta de formación en Inca?
—Además de varias iniciativas de fomento de la ocupación, en el Centre de Formació desarrollamos proyectos mixtos y duales. En el primer caso se trata de cursos que duran un año y que tienen una parte teórica y otra práctica en la que los alumnos trabajan con contrato para el Ajuntament realizando mejoras en las instalaciones municipales. La formación dual también combina la parte teórica de tres meses con la práctica de nueve meses, aunque aquí se trabaja para empresas del sector en cuestión que pueden contar con mano de obra que llegará a cualificada.

¿Qué destacaría de la implicación de estas empresas?
—Existen diferentes grados de compromiso. Colaboramos con 13 empresas del sector de la madera y en total son más de 20 sectores estratégicos. Intentamos que sean de Inca, aunque podemos ampliar el radio hasta el Raiguer y a toda Mallorca. Algunas empresas optan por colaborar con visitas a las instalaciones, otras muestran interés en tener alumnos para trabajar de forma activa e incluso hay que firman el convenio con un compromiso de contratación.

¿Qué sectores abarcan estas formaciones?
—En esta legislatura se ha realizado formación dual de Calzado, Telecomunicaciones, Carpintería y Agricultura. En mixta los proyectos han sido de Carpintería, Electricidad, Monitor de Tiempo Libre y Socorrismo, Construcción de pedra en sec y dos grupos de Administración.

¿Y cuál es la aceptación del alumnado?
—Muy buena en líneas generales. En primer lugar quiero destacar la función del equipo docente, que cuenta con la suficiente cualificación y experiencia para que el alumna sienta interés en lo que va a aprender. No en vano, las tres primeras plazas de la baremación que hace el SOIBpara evaluar la calidad de la formación pertenecen a proyectos desarrollados desde el Centre de Formació d’Inca. Hay que tener en cuenta que en la formación dual y mixta se puede probar cómo es el oficio desde el primer día. Cada año se da formación mixta a unas 60 personas y la dual alcanza la treintena de personas.

¿Y la inserción laboral posterior cómo es?
—Alcanzamos unas cifras muy buenas. La inserción laboral entre mixtos y dual alcanza el 70 % del alumnado que finaliza el proyecto formativo. Los contratos que se proponen son de tres tipos. El de formación dual es un contrato de formación en alternancia, mientras que a través de Reactiva realizamos contratos para la mejora de la ocupabilidad. También existe el proyecto de Joves Qualificats con el que se firma un contrato formativo para la obtención de práctica profesional.

¿Las alumnas siguen siendo minoritarias en estos proyectos?
—Sí, y estamos intentando romper con esta tendencia. Hemos elaborado un plan estratégico de ocupación local que tiene muy en cuenta la perspectiva de género y que creo que puede ser muy útil para aumentar la participación de mujeres en proyectos relacionados con oficios masculinizados.

Han presentado novedades en la formación de Carpintería, ¿qué destacaría?
—Tengo muy claro que los proyectos que diseñamos deben de tener en cuenta la realidad laboral. En cuanto a la Carpintería, desde la Federació de la Fusta nos hicieron llegar la falta de profesionales formados en mecanización y digitalización de los procesos, por lo que hemos acreditado un proyecto de nivel 3 que permitirá a los alumnos obtener estos conocimientos y responder a la demanda del sector. Además, hemos impulsado junto con la Cambra de Comerç un curso de iniciación profesional al sector de la madera, dirigido a jóvenes menores de 29 años inscritos en el Sistema de Garantía Juvenil que no estén trabajando o cursando estudios oficiales. Es una puerta para que sigan formándose y lograr así entrar en el mercado laboral.

¿Cómo ha afectado la pandemia a la actividad del centro?
—Ha sido todo un reto, pero creo que hemos estado a la altura. Ya junio de 2020 pusimos en marcha un proyecto de formación dual y han venido ciudadanos que han perdido su trabajo por los efectos económicos de la pandemia. Se han comprometido muchos recursos económicos municipales y del SOIB.