El santuario del Puig cerró sus puertas el día 1 por falta de ‘donats’ para gestionarlo. | Teresa Ayuga

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El santuario del Puig de Maria, en Pollença, permanece cerrado desde el día 1 de enero, después de que los donats que lo gestionaban acabaran su contrato, lo que obligó a clausurar también la hospedería y el bar. La Obreria del Puig abrió un proceso para encontrar a nuevos donats y a día de hoy hay una treintena de peticiones para hacerse cargo, según confirma su presidente, Joan Ferriol.

Aún así, Ferriol matiza que «hay algunos peticionarios que no han estado nunca en el santuario y que me temo que no conocen la responsabilidad que supone estar al cargo del santuario y de sus instalaciones durante al menos cinco años». Por esta razón, tras una reunión que mantuvo la Obreria con el Bisbat de Mallorca se ha decidido convocar a los candidatos a una visita al santuario que tendrá lugar el próximo 21 de enero. De esta forma «podrán comprobar las dificultades que existen para subir materiales, conocer las diferentes instalaciones que hay que gestionar, la vivienda donde pueden residir y cerciorarse del estado en que se encuentran algunas de ellas», manifiesta el presidente de la Obreria.

De hecho, otro de los asuntos que está sobre la mesa es el de la reforma de las estancias que conforman la cocina, el comedor, el bar y los dormitorios del Puig de Maria. El Bisbat está redactando un plan general para rehabilitar los edificios de forma integral, «algo que es muy necesario y que consideramos desde la Obreria que será muy costoso», afirma Joan Ferriol. Por esta razón, «tenemos pensado que los nuevos donats no paguen alquiler alguno durante el desarrollo de las obras porque algunos de los servicios no se podrán ofrecer durante este periodo». En cuanto a la capilla, «habría que hacer alguna intervención, que ya conoció el obispo Sebastià Taltavull cuando visitó el Puig hace un tiempo. Lo más urgente sería arreglar la sacristía», relata Ferriol.

Entidad

La Obreria del Puig de Maria depende de la parroquia de Pollença y está formada por nueve miembros. Joan Ferriol es el presidente de la entidad desde hace 13 años y destaca también la figura del tesorero Pedro Rodríguez, como «el gestor que realizó buena parte del trabajo para solucionar los problemas administrativos que nos encontramos cuando empezamos nosotros». La entidad se financia a través de actividades como almuerzos, lotería y la romería que se celebra el 1 de mayo, «pero hay que trabajar mucho para poder mantenernos», asegura Joan Ferriol.