Éric Jareño es el alcalde de Llucmajor.

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Éric Jareño, (Palma, 1989) ha decidido abandonar la política y no repetirá como candidato del PP al Ajuntament de Llucmajor, en el que es alcalde desde 2019. En una entrevista concedida a Ultima Hora desvela todos los motivos que le han llevado a adoptar esta medida, que lleva mucho tiempo meditando y que no ha sido nada fácil.

¿Por qué ha decidido abandonar la política?
—Porque tengo que cerrar un ciclo en esta etapa tan difícil y me quiero centrar en mis proyectos personales. Está siendo una legislatura muy difícil, hemos tenido el pacto más grande de España y hemos tenido que salvar dos mociones de censura. El día a día te quema y te frustra. Todo lo que ha pasado durante estos años, incluso con una pandemia, ha motivado que me haya tenido que dedicar al 365 % al día a día de la gestión municipal.

¿Cuál es el motivo que le ha llevado a adoptar esta decisión?
—Son motivos estrictamente personales. Mi partido quería que continuase. La presidente del PP balear, Marga Prohens, lo ha intentado. La presidenta no ofrece cargos, pero si por ella fuera llegaríamos a un acuerdo. Sin embargo, mi camino tiene que seguir fuera de la política.

¿No lo veremos en otra candidatura? Se ha especulado con que podría dar el salto a la política autonómica.
—No. Mi sueño era ser alcalde de Llucmajor y lo he conseguido. Cuando termine este legislatura me centraré en mis proyectos personales; pero hasta el último día como alcalde estaré totalmente entregado a los llucmajorers. Estoy en mi mejor momento, terminaré lo mejor posible; quiero salir por la puerta grande.

¿Es un adiós definitivo a la política?
—Es imposible que me desvincule totalmente de la política. Para mí, la política es totalmente vocacional; no estoy aquí por una silla o por un sueldo. Ahora mi ilusión y mis proyectos pasan por otro sector y si no voy a estar al 100 % prefiero irme.

¿A qué proyectos se dedicará a partir de mayo?
—Tengo muchos proyectos, pero no puedo adelantar nada. Hasta el próximo mes de mayo voy a estar única y exclusivamente centrado en la alcaldía de Llucmajor.

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¿Por qué ha decidido proponer a Xisca Lascolas como candidata del PP al Ajuntament de Llucmajor en las elecciones del próximo mes de mayo?
—Ella es mi sustituta natural, mi número dos y la actual presidenta del PP de Llucmajor. Mi proyecto es de continuidad; empezó en 2018 y es por ocho años. La intención es seguir el mismo camino, sólo se cambia la cabeza.

¿Qué ha sido lo mejor de ser alcalde de Llucmajor?
—Ser el representante de mis vecinos y la gestión que hemos realizado; hemos hecho los deberes.

¿Y lo peor?
—No he podido disfrutar de ser alcalde, pero estoy orgulloso de mi trabajo. Hemos tenido un pacto difícil y muchas traiciones, además de una pandemia. Tampoco he podido ayudar a todo el mundo que lo ha necesitado, por todas las trabas burocráticas que hay en la administración pública, y eso me ha dejado muy tocado.

¿Cuál es la traición más dura que ha sufrido?
—Fue en mi primer pacto (PP, Ciudadanos, ASI, Llibertat per Llucmajor y el apoyo externo de Vox). Tener que romperlo me costó casi la salud.

¿Le ha costado decidir abandonar la política?
—Sí porque desde que tenía 18 años quería ser alcalde de Llucmajor; es una meta que he cumplido, pero a cualquier precio no se puede seguir. No me veo cuatro años más en la silla de alcalde. Por ética, por moral y por valores es el momento de dar paso al equipo que lo hará igual o mejor que yo.

¿Qué precio no ha querido pagar?
—Las mentiras, la salud, la familia... El desgaste que generan todas esas cosas. Yo he podido cumplir mi sueño y me siento orgullosísimo de ser alcalde de mi pueblo y de haber podido resolver los problemas.