Durante toda    la mañana y de forma espontánea, los diferentes músicos congregados hicieron sonar sus instrumentos. | Juanjo Roig

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La Trobada de Xeremiers y la Fira de Lutiers de sa Pobla nacieron hace 27 años como una forma de impulsar la música tradicional, los músicos y sus instrumentos, en una época en la que todo lo que rodea a este mundillo estaba de capa caída.

Este domingo la Plaça Major de sa Pobla demostró que el sector está en un momento dulce, con un encuentro que reunió a más de un centenar de músicos y diez expositores de instrumentos tradicionales, entre los que no faltó la ximbomba poblera.

Durante la mañana se fueron sucediendo las sonades de xeremies, flabiols y tamborinos de colles llegadas de toda Mallorca. Además, los músicos pudieron disfrutar de los consejos y de los productos que llevaron los responsables de los puestos situados en el entorno de la plaza. El fundador de la Trobada de Lutiers, AntoniTorrens, estuvo ayer presente en la feria que este año ha pasado a ser organizada por el Ajuntament.Torrens recibió numerosas muestras de cariño y no dejó de atender a los asistentes.

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La plaza mostró todo su esplendor cerca de las doce y media, cuando los gigantes de sa Pobla, incluidos los dos gegantets presentados hace unas semanas, irrumpieron con un pasacalles acompañados por dimonis y caparrots.

Tras un breve baile en el espacio central de la plaza, que fue seguido especialmente por los más pequeños, siguió la visita institucional a la muestra de lutiers. Todo ello bajo un ambiente festivo que además combinó con el mercado dominical y que pocos municipios saben explotar como lo hace sa Pobla. Y eso que aún falta la Fira de la semana que viene.