Las calabazas más grandes se pesan con una gran báscula. | Maria Nadal

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No ha sido un buen año para las calabazas. A diferencia de otros años donde se presentaban al concurso de la calabaza de Muro ejemplares de hasta 500 kilos, este año la calabaza que más ha pesado en la categoría de forana ha sido una de 178,60 kilos que ha producido Pep Ferriol en la finca de Son Claret. Las otras tres calabazas que se presentaron en esta categoría pesaron 31, 42 y 61 kilos.

En la categoría de calabazas locales se presentaron ocho ejemplares y ganó la de José Juan Aguiló, con 20,200 kilos. La participación en la edición de este año    del certamen, que tuvo lugar en la escalinata de la iglesia, fue muy inferior a la de años pasados y algunos productores apuntan a la necesidad de cambiar la fecha del concurso. De hecho, los concursos de calabazas que se celebran en la Península tienen lugar durante los meses de septiembre u octubre.

Buen ambiente

Aún así, el concurso fue uno de los actos más concurridos de la Fira de Tardor de Muro de ayer. El presentador del evento, el Magic Cloquell, explicó a los presentes que el récord de la calabaza más grande se alcanzó en el año 2016 con un ejemplar de 529 kilos e indicó que no se sabe a qué atribuir a que este año sean más pequeñas: al clima, a la falta de participación o a que se han podrido.

Pero mientras se celebraba el concurso, las calles más céntricas seguían viviendo la feria. Los puestos de gastronomía fueron los más concurridos y, también, hubo mucha oferta de puestos de ropa y algunos de artesanía. Encima de la plaza Comte d’Empúries hubo los típicos puestos de fruta y verdura de los domingos de mercado. Como no podía ser de otra manera, los bares y restaurantes del municpio hicieron ayer su particular agosto.