La jornada, celebrada en Porreres, contó con numerosos participantes. | Mateu Pascual

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La llegada de la gran maquinaria agrícola a la Isla dejó apartados los viejos aparejos de labranza y los animales de tiro. Con ello se apartaba de los campos toda una cultura, una sabiduría transmitida durante siglos en el campo mallorquín. Desde hace unos años un grupo de amantes de esta filosofía de vida impulsan la creación de la Associació Tracció Animal y desde hace tres años se reúnen con sus bísties y arades para celebrar una jornada de Llauradors d’arada amb rodes. En la edición de este año, celebrada en Porreres, se reunieron un total de 22 arados y en la comida posterior se sentaron a manteles más de 80 personas.

Desde la organización indican que se trata de unos sistemas de trabajo que poco a poco vuelven al día a día del campo mallorquín. En otros puntos del Estado hay, por ejemplo, bodegueros que han optado por este sistema de trabajo muy ligado a la agricultura biodinámica. Pero desde la entidad de Tracció Animal señalan que «la mayoría de nosotros trabajamos nuestra propias tierras con los animales y estos aparejos ya casi olvidados. No buscamos ningún tipo de agricultura, creemos en esto y amamos a los animales». Desde hace unos años optaron por coger una parcela de tierra para poderla conrar, labrar, entre todos y de esta manera colaborar y ayudarse en el manejo de los animales o los arados.

Los jóvenes recuperan los trabajos y los mayores recuerdan tiempos pasados.

Tanto en el día a día como en la celebración de estás jornadas cuentan con la presencia de personas mayores que ayudan a los jóvenes a conocer como se realizaba el trabajo con estos aparejos. Los viejos payeses aún han trabajado con estas herramientas que con la llegada de los tractores poco a poco se fueron aparcando en viejos porches. Por ello, los impulsores de la asociación reciben con los brazos abiertos la presencia de personas mayores, que les cuentan viejas anécdotas y trucos entorno a los animales o los utensilios de labranza. Entre los organizadores han mostrado su satisfacción por la buena acogida que tuvo la jornada de labranza en Porreres e indican que de cada año más gente de la Isla se interesa por este tipo de trabajos respetuosos con la tierra, el entorno y los animales.

Recuperación

Otra de las iniciativas que tienen en marcha cada año es la celebración de una jornada de batre a l’era. Una propuesta que cuenta también con una gran acogida. Pero la organización de estas jornadas y la creación de la asociación también ha supuesto la puesta en marcha de estas jornadas y la recuperación de viejos oficios ligados tanto a los animales como a la recuperación de aparejos y herramientas que se utilizaban antaño en el campo y que ahora están olvidadas. El gran numero de interesados ha animado a los organizadores a seguir adelante.