Reconocimiento. Maria Joana y Miquel Tortellà son hijos de Gabriel Tortellà Picornell, sobrino de la sindicalista (hijo de Maria). Ambos posaron junto al busto de Aurora que hay en el Born del Molinar y que amaneció con más flores rojas, un reconocimiento que han hecho no solo algunos partidos sino también ciudadanos anónimos tras la identificación de sus restos. | Teresa Ayuga

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La voz de Maria Joana Tortellà se quiebra un poco al hablar de su tía abuela. Han sido unos días intensos después de que el jueves se diera a conocer la noticia de la identificación de los restos de Aurora Picornell en el cementerio de Son Coletes (Manacor). Maria Joana y su hermano Miquel son dos de los familiares directos de la sindicalista que residen en Mallorca. Otros, como ya explicó Ultima Hora, residen en Francia.

Este sábado por la mañana los hermanos Tortellà posaron junto al busto de Aurora Picornell que hay en el Born del barrio del Molinar, en Palma. Ambos recuerdan a Aurora a través de lo que les había explicado quien ellos llamaban la tía Llibertat (hermana de Aurora), así como por las vivencias de su padre Gabriel Tortellà Picornell (hijo de Maria otra de las hermanas de la sindicalista asesinada). «Al conocer la noticia me emocioné mucho, aunque me hubiera gustado que dos miembros de la familia pudieran haberlo visto: mi padre y la tía Llibertat», explicaba ayer Maria Joana.

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Pese al drama familiar que sufrieron los Picornell Femenies (asesinaron no solo a Aurora, sino también a su hermano Ignasi y a su padre) Maria Joana Tortellà asegura que ellos vivieron una infancia normal sin conocer mucho sobre lo que había pasado. «Éramos pequeños y la tía Llibertat a veces explicaba historias, pero nosotros no atendíamos. Hoy me gustaría saber más, claro» recordaba. Sobre la identificación ahora de los restos de la ‘pasionaria’ mallorquina es muy contundente: «Al fin se ha hecho justicia, tal vez no de la manera que me hubiera gustado (refiriéndose a que llega tarde en el tiempo) pero la historia nos ha hecho justicia».

Maria Joana apeló también al espíritu de Aurora al recordar que pueden matar a las personas, pero no a las ideas. «Todavía hoy no podemos dejar de luchar para el bienestar global y el de las personas», recordó. Ambos hermanos apuestan porque los restos de Aurora descansen al fin junto a los de su padre 85 años después de su asesinato.