Los fondeos irregulares son uno de los principales impactos en la bahía.

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Los estudios realizados sobre la calidad ambiental en la bahía de Pollença han constatado el impacto de la actividad humana, como las construcciones y la navegación, en la pérdida de diversidad natural. La mesa de trabajo para la calidad ambiental de la bahía de Pollença, un grupo coordinado por la Conselleria de Medio Ambiente, se ha reunido este miércoles por segunda vez y ha analizado las conclusiones de los estudios. En concreto, se ha presentado la evaluación del estado actual del medio marino en la Bahía de Pollença (Asociación para la Defensa del Puerto de Pollença) así como dos informes encargados por el Ayuntamiento: uno sobre el estado de las aguas y ecosistemas marinos de la Bahía de Pollença (realizado por el Imedea) y un estudio ecológico de los impactos y estructuras de fondeo permanentes en la Bahía de Pollença (Arrels Marines).

Según ha informado la Conselleria, estos trabajos científicos deberán servir como base para que las diferentes administraciones puedan tomar decisiones de acuerdo a sus competencias. Entre las conclusiones, destacan el peso de la actividad humana en la pérdida de diversidad en un sistema vulnerable como es la bahía, al tener poca profundidad y poca circulación. Entre los impactos que provienen de tierra, destacan las construcciones en la costa y la planificación de algunas urbanizaciones sobre infraestructuras hidráulicas y una red de alcantarillado en mal estado.

Por lo que se refiere a las del mar, destacan la navegación muy intensa, que provoca contaminación por hidrocarburos o fecales en el caso del mal vaciado de las sentinas, así como la ocupación ilegal del dominio público marítimo-terrestre con estructuras de fondeo permanente. Las soluciones propuestas van encaminadas a actualizar y acondicionar las infraestructuras, como la red de alcantarillado, así como reducir la presión en el mar. A la mesa han asistido representantes de las diferentes administraciones implicadas en la materia, tanto municipales como autonómicas y estatales, así como las asociaciones y centros de investigación que han elaborado los estudios, además de entidades vecinales, empresariales y conservacionistas.