El último encuentro con ‘collidores’ tuvo lugar en Puigpunyent.

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Preservar la memora viva de los cientos de mujeres que, durante décadas, trabajaron de sol a sol recogiendo aceitunas en la Serra de Tramuntana. En la actualidad nos encontramos con la última generación viva de estas mujeres que, siendo muchas unas niñas, faenaron en el campo para contribuir a la economía familiar. Su esfuerzo y trabajo son hoy motivo de reconocimiento por parte del Consell de Mallorca que desde que les entregó la Medalla de Honor i Gratitud busca preservar sus vivencias y plasmarlas en un documental.

De momento, el departamento de Territori ya ha localizado 82 mujeres collidores de oliva, pero confía poder encontrar muchas más. «El proyecto consiste en encontrar a todas las collidores que puedan contar en primera persona sus historias y vivencias. Todos aquellos detalles que si no los cuentan ellas, nos los perderemos», explica la consellera insular de Territori, Maria Antònia Garcías. El objetivo es entrevistarlas para así poder «guardar su memoria y cerrar un ciclo de trabajo especialmente duro», añade. Sobre todo porque probablemente esta es la última generación de mujeres que realizó este trabajo que todavía viven.

El departamento de Territori ya ha realizado actos en reconocimiento a la labor de estas trabajadoras en Campanet y Sóller, pero mantiene viva su búsqueda en los municipios de Banyalbufar, Bunyola, Fornalutx, Caimari y Calvià. Mañana lunes realizará un encuentro con collidores de Banyalbufar donde también les entregarán el diploma de la Medalla de Honor i Gratitud del Consell. «Es de justicia decirles gracias porque ellas han hecho un trabajo muy duro y poco reconocido durante mucho tiempo», sentencia Garcías.

El apunte

La transformación de la Serra de Tramuntana

La consellera insular de Territori, Maria Antònia Garcias, recuerda que la declaración de patrimonio mundial de la Serra no se debe únicamente a su naturaleza o belleza. «La declaración de patrimonio mundial es por la transformación que ha tenido la Serra a lo largo de los siglos; y esta transformación se ha hecho a mano, para poder ser cultivada. Se ha hecho para que algunos cultivos dieran sus frutos y esto no hubiera sido posible si alguien no hubiera recogido esos frutos, en las condiciones extremadamente duras en que lo hacían las collidores», recuerda. Muchas, del Pla de Mallorca, dejaban sus casas y sus familias para ir a recoger aceituna a la Serra.