«Los animales también se mueren» aseguran los ganaderos al explicar la problemática con la que se encuentran por la falta de un espacio donde depositar los cadáveres. Piden que Emaya habilite ya un espacio suficiente para su depósito.

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La unión hace la fuerza. O al menos eso esperan las organizaciones agrarias Unió de Pagesos, Asaja y UPA, que han decidido hacer frente común y reclamar de manera urgente que el Consell de Mallorca fije un espacio donde depositar los animales muertos, ya que Emaya asegura que la celda destinada a este fin «está llena». La voz de alarma la dieron hace tres semanas dos ganaderos de Campos y Ariany cuando desde el seguro agrario contratado les comunicaron que Emaya no había aceptado los restos de los animales (vacas y cerdos) perecidos en sus granjas. Tal y como publicó Ultima Hora, aseguraron que la situación era «insostenible», ya que en Mallorca no había otro espacio donde depositar este tipo de restos. Tras la denuncia pública, añaden, la empresa municipal de Palma volvió a aceptar animales pero a día de hoy vuelven a tener el mismo problema.

Ante esta situación, las tres organizaciones agrarias han decidido solicitar una reunión con la presidenta del Consell de Mallorca, Catalina Cladera, ya que la institución insular es la máxima responsable de la gestión de este tipo de residuos. El gerente de Asaja, Joan Simonet, recuerda que el plan director sectorial de residuos da la competencia al Consell y que este paga 1,5 millones de euros a Emaya para que gestione los restos de los animales. «Nos encontramos que Emaya no quiere animales grandes muertos y, además, la semana pasada, Tirme también comunicó que no pueden incinerar los restos de animales más pequeños, por lo que nos encontramos ante una situación muy complicada», denuncia Simonet.

El gerente de Asaja recuerda también que los ganaderos compraron depósitos especiales (que cuestan unos 500 euros) para poder utilizar en estos casos, pero ahora ven como tendrán que volver a enterrar los animales muertos en sus fincas. También el secretario general de Unió de Pagesos, Sebastià Ordines, recalca que si las administraciones «se llenan la boca» sobre su apoyo al producto local, estas «deben facilitar que haya infraestructuras para su producción». «El año pasado tuvimos que salir a la calle a protestar para que no cerraran el matadero de Palma y ahora nos encontramos que no tenemos un espacio donde incinerar los cadáveres de los animales», lamenta.

Por su parte, desde el Consell confirmaron ayer que «dada la imprevisión de Emaya, la celda está llena» por lo que se plantea una situación temporal. Esta «contempla que Emaya, como gestor del espacio, pida a la Comissió Balear de Medi Ambient el vertido directo en la zona que tienen habilitada mientras se proyecta la puesta en marcha de una nueva celda», explica el director insular de Residus, Juan Carrasco. De momento, los ganaderos deberán enterrar los restos de los animales en sus propias fincas.