plaza de aparcamiento por cada cinco unidades habitacionales». Éxito. La cooperativa Plegats ha visitado varias zonas de España donde la vivienda colaborativa está resultando un éxito. El presidente de la asociación, Pedro Rodríguez, destaca el proyecto Trabensol (foto superior), que funciona en Madrid desde 2002 y que cuenta con 54 apartamentos para personas mayores. | R.P.F.

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El Ajuntament d’Inca ha aprobado de forma inicial la modificación de su planteamiento urbanístico para incluir las nuevas modalidades residenciales de viviendas colaborativas. El cohousing y coliving (el primero referido normalmente a personas mayores y el segundo, a jóvenes con deseos de emanciparse) es un modelo de convivencia autogestionada en el que un grupo de personas residen en un edificio que dispone de varias zonas habitacionales y un espacio común, que puede ofrece servicios complementarios al residencial.

La modificación que propone Inca para incluir el residencial colectivo exige un mínimo de cinco unidades habitacionales de máximo dos plazas cada una. La superficie mínima de estos espacios deberá ser de 24 metros cuadrados, mientras que los espacios comunes serán de, como mínimo 12 metros cuadrados. En el pleno de julio se aprobó inicialmente esta modificación y se ratificará en la sesión plenaria de septiembre.

El regidor de Urbanisme de Inca, Andreu Caballero, indica que «el Ajuntament ha detectado el interés social de introducir nuevas tipologías residenciales plurifamiliares para cubrir las necesidades de vivienda de la población, y el cohousing es una de ellas».

Apoyos

Además, desde el Consistorio inquer consideran que «el núcleo antiguo de la ciudad cuenta con un tejido residencial que tiende al abandono y con necesidades urgentes de mantenimiento y de rehabilitación de ciertos edificios. Con la implantación de los modelos de cohousing se pueden incentivar las reformas de edificios en el centro».

La cooperativa Plegats es una de las tres asociaciones que existen en Mallorca que luchan por      dar a conocer la vivienda colaborativa. Su presidente, Pedro Rodríguez, agradece «el trabajo que está realizando Inca para que el cohousing sea una realidad». Rodríguez resalta que «otros municipos como Porreres y Pollença también han recibido nuestras propuestas con mucho interés».

Para Plegats, «la inclusión de la vivienda colaborativa en el planteamiento urbanístico nos puede ayudar en el futuro a que el Ajuntament facilite solares para iniciativas de cohousing o que haya más facilidades para las rehabilitaciones».

El principal sector que se decanta por la vivienda colaborativa es el de las personas mayores que buscan privacidad pero no renuncian que disponer de servicios variados más allá del residencial. Inca también quiere atraer a jóvenes que, ante los problemas de emancipación, deciden optar por el coliving.

La aprobación contó con la oposición de Independents. Su portavoz, Àngel Garcia, se quejó de que la modificación «incluye otro cambio por el que las viviendas de protección pública quedan excluidas de la obligación de reserva de plazas de aparcamientos y las viviendas colaborativas solo tendrán que incluir una plaza de aparcamiento por cada cinco unidades habitacionales».