Juanma Colom, en uno de los establecimientos que gestiona en Magaluf. | R.P.F.

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Con medio mes de agosto todavía por delante, la primera temporada post COVID está siendo redonda para Magaluf. El popular destino ‘calvianer’ tiene sus hoteles al máximo de ocupación con precios que en general se acercan o incluso superan la barrera de los 300 euros la noche. Sin escándalos ni titulares sensacionalista de por medio, la oferta asociada vive también un momento dulce que empresarios como Juanma Colom -copropietarios de varios establecimientos de ocio en la zona de Punta Ballena- esperan prolongar hasta más allá del mes de agosto.

¿Se atrevería a decir que el cambio de Magaluf es ya una realidad?
—Conviene ser cautos antes de lanzar las campanas al vuelo. Pero sí es verdad que este año estamos viviendo una muy buena temporada, con un perfil de turista variado y que se sabe comportar en todo momento. Nuestros clientes aprecian el cambio de Magaluf y en general se puede hablar de que han respondido muy bien a este nuevo modelo que el destino les ofrece.

¿Todo el sector turístico de la zona se ha adecuado ya a ese cambio?
—Siempre quedan resistencias y reticencias, pero afortunadamente cada vez son menos los negocios que mantienen aquel modelo basado en cantidad de copas y no en calidad de servicio. Sobre todo porque quienes dan el paso comprueban todos sus beneficios. Existía una forma de trabajar que, por suerte, y aunque con obstáculos empieza a ser historia, y de esta forma ganamos todos.

¿Un mismo cliente actúa diferente en función de lo que encuentra en el destino? ¿Los salvajes turistas de antaño son en realidad los mismos que este verano no causan problemas?
—Nosotros siempre hemos defendido que si a un turista le haces valorar el producto, con locales trabajados en su diseño y con copas a precios de entre 8 y 10 euros, ellos responden. Y eso es lo que nos hemos encontrado este verano. Al final, a todos nos gusta presumir de los sitios a los que vamos. Quizás en este sentido, Instagram nos ha echado también un cable para que mejoren su actitud y su presencia en Magaluf.

Magaluf para los británicos. ¿Ha quedado también obsoleta esta afirmación?
— Por completo. Hoy en los hoteles y en las calles de Magaluf se pueden encontrar múltiples nacionalidades. Lógicamente los turistas procedentes del Reino Unido siguen siendo mayoría, pero existe un crisol de culturas y de idiomas. Ampliar los mercados emisores nos evita la monodependencia de los británicos y varía la relación con el cliente. Este verano es fácil escuchar en nuestros establecimientos el francés, pero también llegan cada vez más jóvenes y familias procedentes del centro y del norte de Europa.

¿Los problemas para completar las plantillas ha sido el mayor problema de esta temporada
—Nos ha puesto las cosas difíciles. En nuestro caso si cabe más aún, porque a la falta de personal existente en el sector servicios se han sumado los efectos del Brexit, que han complicado la incorporación rápida de trabajadores procedentes del Reino Unido, tal como se hacía siempre en esta zona. Al final lo más importante es fidelizar a los empleados que deben tirar del carro para asegurar el buen servicio en un momento en el que por desgracia hay bastante falta de formación y de especialización.

¿Hasta cuándo confía en alargar la temporada turística este verano?
—Históricamente en Magaluf la temporada hacía ya una curva descendente a partir de la segunda quincena de agosto en la que entramos ahora. Este año, con esa ampliación del mercado emisor y las ganas de viajar que ha demostrado tener Europa esperamos poder trabajar bien hasta finales de septiembre. Pero tendremos que verlo un poco sobre la marcha. Nosotros, desde luego, estamos preparados para avanzar en la desestacionalización del destino. Y para ello contamos también con los mallorquines que le quieran dar por fin una oportunidad a Magaluf.

De hecho, esa llegada de residentes a los bares y restaurantes de la zona será quizás la ‘prueba del algodón’ para saber si Magaluf está ya preparada para satisfacer a los clientes de la isla:
—Sin duda. Este año hemos ampliado nuestra oferta de restauración y cada vez son más los isleños que se acercan tanto de día como de noche a restaurantes, bares y discotecas. Hablamos de un perfil no solo adolescente como pueda ocurrir en parte de Magaluf, sino también de personas ya adultas que por fin descubren todo lo que Magaluf les puede ofrecer, y que es diferente a la oferta que encontrarán por ejemplo en Palma.