Ganas de fiesta. En el ambiente se respiraba las ganas de ver bailar a los Cossiers. | Joan Socies

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La música de ses bombes que anunciaba la llegada de los Cossiers a la plaza retronó en los corazones de los algaidins. Notaron como volvían, dos años después, a un sentimiento atávico. Los Cossiers volvían el espíritu festivo a Sant Jaume. El pueblo, y visitantes, les esperaban en la plaza para presenciar el primer baile, Mestre Joan. A partir de allí el Quadrat, el recorrido por las calles del pueblo se inundó del aroma de la albahaca y el dringueig de los cascabeles. El Dimoni hacía sus habituales diabluras corriendo detrás de los más jóvenes y procurando habilitar un buen círculo para que los danzantes pudieran interpretar sus danzas con comodidad.

Este año desde el Casal de Joves, y en homenaje a los 35 años de Titoieta Ràdio se ha reproducido una de las camisetas históricas de la emisora y relacionada con los Cossiers. Por ello, ayer, revetla de Sant Jaume, eran muchos los que lucían dicha zamarra. Los encargados de transmitir estos viejos bailes ayer fueron Biel Bibiloni de Marina, Xesc Barceló, Ricard Echevarria, Pep Pou, Xesc Cerdà, Tomeu Salas y Joana Maria Jaume Mindona.

El papel de Dimoni fue interpretado por Pau Fiol. La música surgió, un año más, de los flabiols y tamborinos de Mateu Mulet y Mireia Oliver. El sonido de la xeremia fue a cargo de Alexandre Mulet. De esta manera, los algaidins pudieron volver a ver las danzas en su espacio ‘natural’: Flor de Murta, els Reis, Mestre Joan, Obriu-mos, Dansa Nova (recuperada hace 40 años), el Mergançó y la Titoieta.