Llorenç  Tortella, con traje verde, presidió la misa junto a su abanderat y los alcaldes.    | Lola Olmo

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En Moscari, un tranquilo y pequeño pueblo de montaña perteneciente al municipio de Selva, no hay mayor honor, si eres chico y soltero, que ser escogido por las jóvenes del pueblo para ser el Fadrí Major y el protagonista del día de la patrona, Santa Anna.

Este año, el escogido ha sido Llorenç Tortella Alomar, de 29 años e ingeniero agroalimentario, quien este domingo se ha enfundado el traje de payés y recorrió las calles durante más de una hora para invitar, una a una, a todas las niñas y jóvenes de Moscari a sumarse a la comitiva para asistir al oficio en honor de la patrona y a una ofrenda floral. Le acompañaba, fiel a su lado, el    ‘abanderat’, el joven que hace justo un año ocupaba su lugar, Simó Romillo Verdejo. También el alcalde de Selva, Joan Rotger, y el alcalde de Moscari, Rafel Gelabert, acompañaron a la comitiva.

Los niños, niñas y jóvenes de Moscari se vistieron con sus trajes tradicionales para sumarse a la fiesta de Santa Anna.

Desde las diez de la mañana, los jóvenes del pueblo ya iban vestidos a l’ample, preparados para ser invitados por el Fadrí major con una glosa escrita para la ocasión. Pero no solo la juventud participa en esta fiesta única y singular, sino que prácticamente todos los vecinos se suman engalanando las calles y las fachadas de sus casas con motivos florales, plantas y objetos tradicionales de la Mallorca rural: cestas, macetas de barro, flores, limones, ramas de olivo y lazos son algunos de los motivos que ayer llenaban de color las fachadas y la plaza.

La Festa del Fadrí se recuperó en Moscari en 1982, gracias a los recuerdos de Margalida Martorell Mayol de esta tradición que se celebraba en su juventud. Desde entonces, solo se ha interrumpido en 2020 a causa de la pandemia.