El pasado mes de abril la ley estatal causó gran revuelo entre el sector agrícola por su imprecisión. | Redacción Part Forana

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Las quemas agrícolas, tan habituales en Fora Vila, tendrán nuevos controles pero no quedarán prohibidas en Balears. El Govern prepara una directriz que permitirá ‘esquivar’ la Ley de residuos y suelos contaminados para una economía circular que aprobó el Ministerio para la Transición Ecológica el pasado 8 de abril (Ley 7/2022) y que prohíbe de manera general cualquier tipo de quemas de residuos vegetales.   

El Govern se acogerá a la excepción que la Ley en la que permite la quema de estos residuos por motivos fitosanitarios. Eso sí, la intención de iniciar cualquier quema deberá ser comunicada previamente por el particular al Govern. Por ello, Agricultura y Medi Ambient están trabajando para activar un registro telemático a través del cual la persona que quiera realizar una quema de residuos vegetales deberá cumplimentar un formulario y recibirá la autorización administrativa de manera automática, apuntan desde la Conselleria de Agricultura.

Por otra parte, se fijará que si la quema se hace a más de 500 metros de una masa forestal deberá solicitarse permiso a la Conselleria de Agricultura, y si el fuego se inicia a menos de 500 metros de una masa forestal será gestionada por la Conselleria de Medi Ambient. El pasado mes de abril, al publicarse la normativa estatal en el BOE, se generó cierta confusión entre el sector agrícola ya que las quemas son muy habituales para limpiar los campos. La alarma saltó de nuevo la semana pasada cuando desde la empresa pública Tragsa se envió una comunicación a los ayuntamientos de la Isla en nombre del departamento de Residuos del Consell en la cual recordaban la prohibición de la quema de podas.

La misiva recordaba que, con carácter general, no está permitida la quema de residuos vegetales generados en el entorno agrario o silvícola. «Por lo que solo se podrán quemar en caso de riesgo de plagas y previa autorización correspondiente», recordaba la nota enviada a los ayuntamientos dando a entender así la prohibición estatal. Cuatro días después, la propia empresa envió una nueva nota de rectificación alegando que este tipo de quemas «no son de origen doméstico, por lo que no son competencia de la gestión de residuos del Consell», avanzó la Conselleria insular de Medi Ambient. Por su parte, Agricultura sí confirmó a este periódico la intención de lanzar un registro telemático para evitar así nuevos trámites a los agricultores y personas que realicen quemas en ForaVila ya que su prohibición dificultaría el trabajo. La alternativa que da el Ministerio de triturar los restos, en la actualidad, puede resultar muy costosa aseguran las organizaciones agrarias.

El apunte

Los restos de poda de origen domiciliario son gestionados por los ayuntamientos

Desde el departamento de Residuos del Consell recuerdan en la misiva remitida a los ayuntamientos y a las mancomunidades que las podas de origen domiciliario deben ser gestionadas por los propios municipios de la manera que consideren más adecuada. Consideran «conveniente» que los ayuntamientos dispongan de una parcela dedicada a acumular los restos de podas de sus habitantes. Estos espacios deben estar habilitados y autorizados por la autoridad compentente», según recuerda la nota de Tragsa enviada a los responsables municipales. Además, desde el Consell también recuerdan que los restos de este tipo de podas se pueden entregar en las instalaciones del servicios público de Alcúdia, Calvià, Felanitx y Son Reus habilitadas para recoger este tipo de residuos para su posterior tratamiento. La polémica se centra en la gestión de los residuos del entorno agrario o silvícola.

Punto de vista
Joan Socies

Dar alternativas al fuego

Joan Socies

Hace unos años, un alcalde hoy casi defenestrado por los suyos, quería instalar en el Punto Verde del pueblo una biotrituradora para los residuos de poda y jardín. Aquella idea no llegó a prosperar. Hoy, tal vez, con la instalación de este tipo de maquinaria no seria necesario tener que ‘esquivar’ la ley. Al vecino con media cuarterada le sería más fácil disponer de una trituradora municipal que tener que rellenar papeles para poder quemar.

El apunte

El humo y la calidad del aire

La costumbre de quemar en el campo los residuos vegetales provoca en algunos sitios capas de humo que en invierno se mantienen durante horas cerca del suelo debido al fenómeno de la inversión térmica. Esto es especialmente importante en valles cerrados, como el de Sóller, donde existe un grupo de ciudadanos que han venido pidiendo de forma reiterada la limitación de las quemas agrícolas, al menos en los días más fríos del año. El colectivo ‘Sóller per la qualitat de l’aire’ realizó el año pasado un estudio local demostrando que los gases generados por las quemas agrícolas, a las que se unen los procedentes de calderas de calefacción y motores de combustión, empeoran la calidad del aire de forma preocupante en algunos días y horas del año, pudiendo llegar a suponer un problema para la salud de las personas. Sóller aprobó en 2021 una planta para procesar residuos vegetales sin fuego, pero no la ha puesto en marcha.