Las críticas son para los vehículos que extienden toldos, sillas, mesas y demás utensilios.

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Desde que ha empezado el verano, en las redes sociales no paran las críticas –y hay algunos comentarios a favor– de las caravanas y furgonetas adaptadas que ‘acampan’ en las zonas vírgenes y áreas protegidas de las playas de s’Algar y es Babo de Portocolom. Las críticas se centran en la suciedad que dejan al usar la garriga como baño –con el problema de salubridad que conlleva–, y por extender mesas, sillas y otros utensilios sobre las rocas e incluso sobre las algas en la orilla del mar.

Además de los problemas medioambientales al ser una zona protegida. Los vecinos critican a las diferentes administraciones públicas por no actuar. «Se pasan la pelota unos a otros», dicen sobre quién tiene competencias para regular y sancionar el uso que se hace que este espacio: ¿Demarcación de Costas o el Ajuntament (Policía Local)?

Este problema no es exclusivo del municipio de Felanitx. Es generalizado. Por ello, desde el Consell de Mallorca se intenta buscar una solución urbanística y crear zonas de acampada para una modalidad de excursión que está en auge. Mientras algunas caravanas llevan incorporado el aseo, hay furgonetas adaptadas que no lo llevan.

Para algunos vecinos, proyectar zonas de acampada según dónde no es la solución. «¿Querrán ir a estacionar en un polígono o en una área rural adaptada, o querrán seguir acampando a orilla de mar, en un paraje y con unas vistas privilegiadas? Este es el quid de la cuestión».