Con el trabajo de los margers, el empedrado mantiene la estructura original. | Gori Vicens

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Tras todo un invierno de obras, desde hace unos días se puede ver, exteriormente, el acabado de las restauración del empedrado del antiguo muelle de la Duana de Portocolom; unas obras no exentas de una gran polémica antes y durante la ejecución, principalmente entre entidades conservacionistas y Ports IB (Govern balear), promotor de la obra. Para la gran mayoría de los vecinos consultados que estos días se han parado a mirar cómo ha quedado el empedrado, el trabajo realizado por los margers ha sido «muy satisfactorio. Han hecho un muy buen trabajo», han explicado.

La controversia era en el relleno (reblit) interior del muelle. Vecinos y entidades encabezadas por Salvem Portocolom pedían que la restauración conservara el sistema de construcción antiguo, de siglos atrás, con piedras, mortero y cal, pero los técnicos de Ports IB optaron porque los cimientos fueran de hormigón armado, mientras que el forro exterior sí que ha seguido el patrón de la forma tradicional y ha sido ejecutado por expertos margers, quedando un muy bien resultado, según los vecinos.

Inversión

Las obras han tenido un coste de unos 320.000 euros. Ante las exigencias de los conservacionistas, el presupuesto se aumentó en 60.000 euros. Recordemos que unos meses antes de iniciarse las obras, una cadena humana formada por más de 700 personas reivindicó el uso de la técnica tradicional en la ejecución de la restauración.