Tras un invierno de graves tensiones entre los partidos que conforman el pacto que gobierna el Ajuntament d’Andratx, a finales de marzo posaron todos los concejales frente a una tarta adornada con la siglas de las tres formaciones de la alianza.

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El grupo municipal del Partido Popular en el Ajuntament d’Andratx ha forzado la celebración de un pleno extraordinario para reprobar al alcalde Toni Mir (PSOE) por su gestión al frente del Consistorio y el denigrante trato que dispensa a los concejales de la oposición durante la decena de plenos municipales que ha presidido desde que hace justo un año fuera investido alcalde en virtud al pacto que los socialistas firmaron Més y PI tras las elecciones de 2019. Entre otra polémicas en las que Mir se ha visto en envuelto en las diferentes sesiones plenarias, destaca el episodio en que sugirió que la portavoz de Podemos, la histórica ex socialista Ana María Porcel, acudía borracha a las sesiones, la prohibición a la portavoz del PP, Estefanía Gonzalvo, de asistir a un pleno de manera telemática, puesto que se encontraba postrada en una cama de hospital tras haber sido sometida a una intervención quirúrgica en una de sus piernas, o la expulsión del portavoz de Cs, Ángel Hoyos, después de que el alcalde no le permitiera utilizar turno de réplica para responder a las alusiones hechas contra su persona por una regidora del equipo de gobierno.

Pero además de por estos sucesos, el PP exige la reprobación de Toni Mir por haber sido incapaz de aprobar el presupuesto municipal de 2022 con el apoyo de su equipo de gobierno, teniendo que hacer uso de su voto de calidad; por haber sido denunciando ante la Fiscalía por la gestión de la Escola de Música, por no secundar la propuesta de agilizar la concesión de las licencias urbanísticas, por la falta de acuerdo con la Policía Local y evitar que los agentes abandonen el municipio, por la investigación iniciada por el Juzgado de Instrucción número 3 de Palma por la presunta adjudicación ilegal de contratos públicos, por el cuestionamiento que hace el Consell Consultiu de determinadas subvenciones, etc.

Según el reglamento, una vez solicitada la reprobación del alcalde por la cuarta parte del Consistorio, el pleno debe celebrarse en 15 días hábiles. También estipula que si el alcalde se niega a convocarlo, su celebración quedará automáticamente fijada    para el décimo día hábil siguiente al finalización del plazo anterior. Así que Toni Mir tiene imposible eludir el debate de reprobación, como tampoco podrán hacerlo sus socios de gobierno. Especialmente, el PI. Los regionalistas deberán ‘mojarse’ respecto a la reprobación y decidir si ‘indultan’ o no a su socio de gobierno tras haberle exigido ya en enero «un cambio de rumbo» en su conducta y en una gestión política que estuvo a punto entonces de romper el pacto.