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La venta ambulante ilegal, una problemática habitual en playas urbanas como las de s’Arenal de Llucmajor, la Platja de Palma o Magaluf (Calvià), se ha trasladado a playas naturales como las del Parc Natural es Trenc–Salobrar de Campos. Con la llegada del calor estival, este último fin de semana centenares de personas se han desplazado hasta las playas de rs Trenc para darse el primer chapuzón del año y han podido comprobar también como la zona, a estas alturas de la primavera, no dispone todavía de chiringuitos ni servicios de playa como sombrillas y hamacas. Sin embargo, sí se permite la venta ambulante ilegal de comida y bebida embotellada en envases de plástico. Una actividad que viene favorecida por el retraso en la instalación de los mencionados chiringuitos a los que Costas, previo pago de un canon al Ayuntamiento, permite la venta de comida y bebida.

El montaje y apertura de los chiringuitos desmontables de las playas de es Trenc se demorará todavía unas semanas debido al retraso acumulado por Costas a la hora de autorizar al Ajuntament de Campos la licitación y adjudicación de los kioscos. Desde esta Administración exigen al Govern mayor vigilancia y control sobre la venta ambulante ilegal en el parque natural, puesto que la Administración local no cuenta con los recursos policiales suficientes para impedirla. Asimismo, cabe recordar que, a resultas de un informe de la Conselleria de Medi Ambient instando a ello, Demarcación de Costas ha aceptado eliminar esta temporada tres de los seis chiringuitos existentes en    las playas del Parc Natural es Trenc–Salobrar.

Concretamente los de es Murters, en ses Covetes, el del Marquès, junto a la Colònia de Sant Jordi, y el de la playa propiamente conocida como es Trenc; además de reubicar dos de los tres autorizados. Desde el Ajuntament de Campos –gobernado por el PP– insisten en que el Govern intenta culpabilizar a los chiringuitos de la masificación y la degradación de la playa, «pero no se responsabilizan ni de la venta ambulante ilegal, ni de las terrazas espontáneas que algunos particulares montan con música», denuncian los ‘populares’. El Consistorio asume los gastos de vigilancia, limpieza, montaje y desmontaje de pasarelas, coordinación de playas, ordenación del tráfico y vigilancia de los accesos, mantenimiento del párking, etcétera. Unos gastos cifrados en 450.000 euros.