Este jueves se reunió la Junta de Seguridad. | A.S.

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Los colectivos del Firó de Sóller y el Ajuntament han intentado hasta el último momento que Delegación del Gobierno autorizara el uso de escopetas de caza en el simulacro del Firó de este año, pero finalmente se ha denegado porque lo prohibe expresamente el nuevo reglamento de armas. Los colectivos presentaron documentación histórica para demostrar que el empleo de escopetas para animar la fiesta existe desde hace más de un siglo, cuando se empezó a realizar el simulacro.

Sin embargo, las explosiones y el ruido característico de esta fiesta todavía está garantizado hasta cierto punto por la pirotecnia y por el uso autorizado de las armas de recreación disponibles, que son cuatro espingardas y una decena de trabucos, que funcionan mediante avancarga con pólvora negra. Este último explosivo también se ha convertido este año en tema de preocupación de la organización, ya que no se encargó en los plazos    habituales. Aún así, se espera que se puedan efectuar los disparos con la pólvora adquirida personalmente por los portadores de estas armas especiales, siempre con sujeción a la autorización pertinente.

Precisamente este jueves se celebró en el Ajuntament la preceptiva reunión de la Junta de Seguridad para establecer los protocolos generales de la fiesta, que este año quería recuperar su formato habitual después de dos años seguidos de interrupción por la pandemia. La ausencia de escopetas sin duda repercutirá en la espectacularidad del Firó, ya que normalmente se disparaban de esta manera más de 10.000 cartuchos de fogueo. Algunos de los participantes habituales comentan que, a pesar de todo, el simulacro de este año será muy emotivo por su regreso tras dos años de pandemia.