Imágenes de la excavadora encargada del derribo del chiringuito del hotel Mar y Paz de Can Picafort. | Juanjo Roig

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Al escuchar los primeros golpes del martillo neumático que derribaba el techo del chiringuito del Mar y Paz, uno de los lugares más populares de Can Picafort y de la costa mallorquina, un niño cargado de cromos Pokémon en una mano se acercó al estruendo para observar cómo caía la estructura. «Yo he nadado mucho en esta piscina», le dijo a uno de los operarios y preguntó si también iban a acabar con ella. La anécdota sirve para ilustrar que la piscina de agua de mar y el chiringuito del hotel Mar y Paz forman parte de la historia de los picaforters que, de una manera u otra, sienten como suyos dos elementos que en unos días serán un recuerdo tras 52 años.

Este martes por la mañana, los trabajadores de Melchor Mascaró retiraban el mobiliario y las características sombrillas del establecimiento con el que «se entierran de golpe 15 puestos de trabajo», decían Toni Gelabert y Noelia Pacini, gestores durante 8 años la piscina y su chiringuito. A la vez, la brigada municipal acababa de desbrozar el camino alternativo por la zona de los escars que se había abierto para que pudiera entrar la maquinaria. La excavadora llegó poco después de las dos y la operación para alcanzar la piscina fue bastante dificultosa, aunque nada que no pudiera salvar la pericia de Xisco, su conductor. Llegó a la terraza del hotel Mar y Paz a través de un lateral y, casi de manera simbólica, derribó con la pala el murete que cierra el recinto y lanzó los escombros a la piscina. Seguidamente se dirigió al chiringuito y comenzó el derribo del pequeño edificio cuya famosa y antes concurrida barra desapareció en cuestión de minutos.

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Operaciones

Los trabajos se prolongarán muy previsiblemente a lo largo de esta semana. Si este martes el objetivo era derribar buena parte del chiringuito, este miércoles está previsto que se acabe con toda la estructura y se traten los escombros para hacerlos más pequeños y depositarlos en el vaso de la piscina, de unos 500 metros cúbicos. Seguidamente se acabará de rellenar de material hasta que se pueda hormigonar la superficie y sepultar así la piscina.

Esta operación es una iniciativa del Ajuntament de Santa Margalida, que ha llegado a un acuerdo con Demarcación de Costas para disponer de la concesión de este espacio durante 15 años. El alcalde de Santa Margalida, Joan Monjo, ha reiterado que estos trabajos para sepultar la piscina son necesarios «porque no podemos permitirnos que alguien se haga daño en el hueco y tengamos que acarrear la responsabilidad». Además considera que es imprescindible «recuperar un espacio público del que hasta ahora se ha hecho un uso privado». Para ello está previsto que sobre el próximo mes de noviembre comiencen las obras para crear una plaza que contará con un anfiteatro que dará al mar y en donde se celebrarán actos culturales. Monjo también destaca que esta obra se integrará con el entorno de la plaza Enginyer Gabriel Roca y el paseo peatonal.

En el nuevo espacio también se instalará un nuevo chiringuito, situado en la parte posterior a lo que hasta ahora ha utilizado el Mar y Paz, que contará con una caseta de veinte metros cuadrados y una terraza de cincuenta metros cuadrados. El Ajuntament de Santa Margalida sacará a concesión este establecimiento, al que optará el actual gestor del restaurante Mar y Paz, según confirmó este martes.