Desde que en 2019 cerrara el último restaurante, el Foro de Mallorca ha vivido una constante degradación. En los últimos meses se había agravado por los vertidos incontrolados de basura de todo tipo y por la presencia de okupas. Con el vallado se quiere acabar con el problema. | Juanjo Roig

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Los actuales propietarios del Foro de Mallorca, en Binissalem, han vallado todo el recinto para acabar con los vertidos de basura y la presencia de okupas que se habían adueñado de diversas edificaciones del complejo ahora abandonado. El Ajuntament de Binissalem solicitó a los dueños que cerrara la finca tras las continuas quejas de vecinos y de grupos ecologistas como Gadma, que veían como la entrada del Foro se había convertido en un foco de suciedad por las basuras que depositaban numerosos ciudadanos incívicos, incluso a plena luz del día.

Por otra parte, los okupas habían tomado las salas del antiguo restaurante Es Molinot, que cerró en 2019, así como otras casetas de sus alrededores. Durante algunos meses, grupos de saqueadores se dedicaron a llevarse todo tipo de muebles, puertas, ventanas y objetos de valor que aún quedaban en el complejo que vivió su esplendor en las décadas de los setenta y los ochenta del siglo pasado.

Proyecto

A la vez que se ha realizado el vallado del Foro de Mallorca, sus propietarios han solicitado al Consell una declaración de interés general en suelo rústico para llevar a cabo un proyecto de estación de bombeo y canalización, con el objetivo de impulsar y conducir las aguas residuales del núcleo urbano del foro hasta la depuradora de Binissalem. Por el momento, la tramitación sigue sin avanzar, según fuentes de la propiedad, y en caso de que saliera adelante serviría para volver a impulsar un proyecto que devolviera la actividad a este edificio emblemático. Aún así, en el vallado se ha instalado cartelería con las normas de seguridad a seguir durante las obras y advertencias de paso prohibido.

Cabe recordar que en 2016 los propietarios, distintos a los actuales, intentaron convencer a Mercedes Garrido (entonces consellera insular de Territori) para que autorizara un cambio de uso que permitiera reconvertir las instalaciones en una residencia privada de la tercera edad, pero no hubo forma. Garrido advirtió que solo autorizaría un cambio de uso en la zona si este suponía pasar de suelo urbano a suelo rústico, porque la parcela carece de servicios básicos propios del suelo urbano como puede ser el alcantarillado. La finca tiene una superficie de l64.100 metros cuadrados de los que 21.000 metros cuadrados son suelo urbano y 1.500 corresponden con suelo comercial construido.