Un estanque de la huerta de Sóller con agua de manantial. El Ajuntament quiere que se implante la depuración terciaria. | Lluc Garcia

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Los regantes de Sóller deberán solucionar un nuevo problema antes de poder regar con el agua de la depuradora de Son Puça. Hace unos meses anunciaron que dejarían de utilizar el agua de la estación depuradora, ya que no era apta para el riego por su elevado contenido en microorganismos fecales. Después de que el Ajuntament pidiera a la Conselleria d’Agricultura un estudio para la implantación de la depuración terciaria, ahora se ha detectado una elevada salinización del líquido, lo que la haría inservible para el riego incluso después de implantarse el nuevo tratamiento. Tragsa, la empresa que realiza el estudio, ha aconsejado al Ajuntament y a los regantes que investiguen el origen de esta salinidad.

El concejal de Agricultura, Sebastià Aguiló, ha asegurado que en caso de que se compruebe que este exceso ya está en el agua que llega a la estación depuradora, se deberá añadir una estación de desalinización al sistema. Los regantes por su parte han iniciado una serie de analíticas para ver si el problema es del agua que llega a la planta a través de acequias o de la red municipal.

Residuos

La Agencia Balear del Agua (ABAQUA) ya avisó que el Ayuntamiento debería analizar también el agua que envía a la depuradora, ya que llega con elevados niveles de sal. Aguiló admite que esto puede deberse a residuos de detergentes, piscinas o salmueras industriales. Recuerda que «la sal no es problema cuando el agua depurada se envía al mar, pero para regar es totalmente inservible».