La investidura de Rosa Bestard con los votos del PP y el PI. | Elena Ballestero

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Més per Campanet acaba de llevar al Ajuntament a los juzgados por vulnerar los derechos fundamentales de sus regidores al convocar a mediados de diciembre un pleno urgente «no justificado» en el que se aprobó una importante modificación de crédito para el pago de facturas y obras, buena parte de ellas subvencionadas. La disputa por la urgencia de la convocatoria, que en muchos ayuntamientos no pasaría de la categoría de anécdota, es la gota que colma el vaso de los insultos y acusaciones mutuas que cruzan regidores y concejales desde que la socialista Rosa Maria Bestard llegó por sorpresa a la alcaldía con los votos del PI y del PP pese a ser el portavoz de Més, Guillem Rosselló, el candidato más votado en las urnas.

En el marco de una discusión plenaria en septiembre de 2019, la alcaldesa Rosa Bestard (PSOE) llegó a decirle a Guillem Rosselló (Més): «dime qué es lo que no entiendes que, como maestra de educación especial, te lo puedo explicar». El comentario desató la furia contenida de los ecosoberanistas. Guillem Rosselló tampoco se muerde la lengua y en un vídeo publicado recientemente (a sabiendas de que Bestard antes que alcaldesa fue directora de forma voluntaria del Club de Esplai) explica a los campaneters que «el Ajuntament no es un club de esplai que con cuatro fotos y buenas palabras se gestiona». Esta vez ha sido la alcaldesa quien ha entrado en cólera pidiendo sin éxito la retirada del citado vídeo.

Unos y otros (pero sobre todo los campaneters) tienen al menos el consuelo de que esta legislatura todos los plenos quedan registrados en vídeo y se cuelgan en el Facebook del Ajuntament. Con un poco de paciencia para tirar de videoteca es fácil aclarar quién dice la verdad si es que existe algo más allá de medias verdades en el aire. De hecho las publicaciones tienen un tinte tragicómico equiparable al de muchos culebrones de sobremesa. Mientras, con los pies en la tierra, el gobierno municipal y Més (en la oposición) esperan a que el juzgado contencioso se pronuncie sobre la legalidad de la sesión plenaria de diciembre. En opinión de Més, los acuerdos adoptados (la modificación de créditos para el pago de facturas) son «nulos de pleno derecho». Para la alcaldesa Rosa Maria Bestard «la urgencia fue suficientemente justificada y además se votó». Bestard confía en que no se anule el pleno y que si en el peor de los casos el juzgado lo anula, «que no anule también los acuerdos adoptados».   

Lo que no fallará el juez, eso lo tenemos seguro, es sobre la sentencia definitiva de divorcio en una relación de amor odio, entre socialistas y ecosoberanistas que dura ya una década. En el pueblo nadie olvida la ruptura del pacto de gobierno que firmaron PSOE y PSM para la legislatura 2011–2015 que acabó como el rosario de la Aurora. La ruptura, todo hay que decirlo, abrió la puerta a la política feminista en Campanet y es que el pueblo solo ha tenido alcaldesas desde entonces. Primero Magdalena Solivellas y ahora Bestard.