Magaluf ha conseguido diversificar el perfil del turista y aumentar el precio medio de las habitaciones gracias al trabajo realizado desde hace más de un lustro. Ahora, empresarios del sector proponen crear una marca que, sin esconder el nombre de la localidad, se sume al ansiado cambio de imagen. | David Ramos

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Magaluf lo vuelve a intentar. La localidad calvianera más célebre lejos de la Isla quiere transmitir el cambio que viene gestando durante el último lustro, y lo va a hacer con una nueva marca. Ola Magaluf es, de momento, la nomenclatura a través de la cual el sector turístico de la zona se presentará a partir de ahora a sus potenciales visitantes, básicamente británicos, pero que se han diversificado en los últimos tres años, más aún a partir de la pandemia. La iniciativa de darle un giro al nombre de la localidad ha arrancado de algunos empresarios agrupados en CAEB Restauración. Los mismos que no hace mucho tiempo presentaron otra marca, Waterfront, con la que los emergentes beach club de primera línea pretendían marcar distancias respecto a la devaluada calle de Punta Ballena.

Aquella idea se ha querido ahora ampliar, dando una nueva vuelta de tuerca para extender la marca a cualquier negocio de Magaluf que esté comprometido con una verdadera reconversión de la zona, en la que desde 2016 se vienen dando pasos adelante, pero que sufre también de retrocesos debido a escenas como algunas de las vividas este pasado verano. Para que la marca sea un proyecto de todos, sus impulsores han mantenido ya encuentros con el Ajuntament de Calvià, con Melià Hotels y el resto de cadenas allí presentes, y con la propia asociación hotelera. Ha sido una primera toma de contacto para un proyecto que todavía necesita de un plan de acción sólido antes de consolidarse. En él, explican sus responsables, tendrán cabida no solo esos relucientes locales de ocio ubicados frente al mar, sino también bares, restaurantes y discotecas, además de hoteles y comercios.

La voluntad es aunar por primera vez voluntades, en un destino en el que los conflictos y diferencias entre el propio empresariado han sido históricamente constantes. Desde el Consistorio ven con buenos ojos la idea, que será presentada en sociedad en las próximas semanas para que la nueva marca sea una realidad antes de la temporada de 2022, que podría ser una de la más madrugadoras de los últimos años, y a la que Magaluf quiere llegar con la cara renovada.