En el año 2014 se produjo una tensa protesta antitaurina. | M. À. Cañellas

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La decisión del Ajuntament d’Alcúdia de convertir la plaza de toros en un espacio sociocultural ha provocado la satisfacción en diversas entidades animalistas de la Isla.

Desde la Associació Animalista de les Illes Balears (Assaib) consideran que «este es el futuro que deseamos para todas y cada una de las plazas que han servido de lugar de muerte y tortura para tantos animales» y esperan que «se transformen en un lugar de servicio público y social que haga de tejido para una sociedad más consciente y empática».

Assaib quiere dar «la enhorabuena al Consistorio por esta acertada decisión, pero sobre todo a todos los activistas que durante años se han congregado en las puertas de la plaza para manifestarse y que con sus protestas han logrado hacer entender a la mayor parte de la sociedad que este paso era de lo más necesario. Seguiremos por el mismo camino hasta que la tortura y el asesinato sean solo una pesadilla a olvidar».

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La presidenta de la Plataforma Balear en Defensa dels Animals (Baldea), Maxi Lange, también tilda de «acertada la decisión del Ajuntament d’Alcúdia» y espera que «sea una postura consensuada, bien plasmada en la normativa municipal y de futuro, para que cuando pasen los años no puedan volverse a celebrar este tipo de espectáculos de sangre».

Lange manifiesta que «desde hace un tiempo las plazas de toros se utilizan más para albergar actos culturales y estaremos encantados de visitar Alcúdia para disfrutar de propuestas artísticas en su plaza y que además luego no sirvan para financiar más corridas de toros».

Fin de la concesión

La decisión de cambiar el uso de la plaza de toros de Alcúdia fue confirmada por la alcaldesa de Alcúdia, Bàrbara Rebassa, una vez ha concluido la concesión por la que una empresa ha gestionado durante años el espacio de titularidad municipal.

Tradicionalmente se celebraban dos corridas anuales, coincidiendo con las fiestas de Sant Jaume y de la Mare de Déu d’Agost. En los últimos años la celebración de corridas de toros en el interior iba acompañada de manifestaciones antitaurinas a las puertas del coso.