Imagen del mercado medieval en las calles más céntricas. | Elena Ballestero

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Como marca la tradición, Inca celebró este fin de semana la última de sus tres ferias temáticas de otoño dejando el listón muy alto para la vuelta del Dijous Bo tras un año en blanco por la pandemia.

El mal tiempo (especialmente el fuerte viento) no impidió que la Fira d’Època i de l’Art atrajera a centenares de visitantes hasta la Capital del Raiguer. El único acto que se aplazó es la Nit del Vi, cuya organización dará a conocer esta semana una nueva fecha y espacio para el evento.

De entre el abanico de ofertas de la tercera feria de Inca destacan sin duda dos espacios por su carácter familiar en el que niños y adultos disfrutan del ocio y el tiempo libre de una forma sostenible. Son el rata Market (en el Claustre de Sant Domingo) y Creativissim (en la Fàbrica Ramis).

Oferta familiar

Ambos espacios programaron talleres y actuaciones que hicieron las delicias del público asistente.

Si en el mercado medieval en las calles más céntricas se vivieron momentos de grandes aglomeraciones sin mascarilla y sin distancia social, Creativissim en cambio controló exquisitamente su aforo. Supervisó el uso de gel desinfectante y duplicó su espacio de exposición para minimizar el riesgo de contagio de la COVID-19.

El Rata Market, también tenía control de acceso y supervisión del uso del gel hidroalcohólico.

Como marca la tradición el fin de semana próximo Inca celebrará la Festa de Santa Maria la Major, que precede a la semana grande del Dijous Bo.

La que se conoce como la madre de todas las ferias (el Dijous Bo) tomará la capital del Raiguer el 18 de noviembre con un refuerzo especial de la seguridad para evitar riesgos.