Este año, en vista de la previsión meteorológica, la celebración se realizó en una gran carpa. | Laura García

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Este domingo se cumplen 438 años del día en que el pequeño pueblo de Deià se independizó de Valldemossa, el 7 de noviembre de 1583. Ayer se celebró una vez más esta efeméride con la peculiar festividad consistente en la lectura del acta de independencia y de una fabulosa burballada cocinada por voluntarios en la que participaron dos centenares de vecinos.

Hace unos años, el Ajuntament, a propuesta de un grupo de jóvenes, decidió celebrar anualmente esta efeméride con la instauración de una neofiesta que fuera sobre todo divertida y que contara con la participación de todo el pueblo.

La festividad, denominada Independence Deix, es una clara alusión a la película cómica de ciencia ficción (Independence Day) y utilizando la grafía antigua del nombre del pueblo. El año pasado no se pudo celebrar por la pandemia, pero ayer a pesar de la previsión de mal tiempo no se canceló y se llevó a cabo en formato reducido bajo una gran carpa.

Los vecinos del pueblo elaboraron las suculentas ‘burballes’.

La mascota de la celebración fue una vez más la ‘Cabra Corraca’, que fue instalada sobre el escenario. El alcalde, Lluís Apesteguia, cedió simbólicamente su vara de mando a Llucia Mayol, encargada este año de leer la sentencia por la que Deià fue declarada villa independiente. Posteriormente, los asistentes disfrutaron de las tradicionales burballes y de una gran fiesta musical con baile que duró hasta bien entrada la tarde. El lipdub previsto fue aplazado.