La junta de seguridad, presidida por Moreno y Calvo, se celebró en la sala de plenos. | Elena Ballestero

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Inca afronta la recta final para la celebración de sus tres ferias y del Dijous Bo con la vista puesta en el refuerzo de los controles de seguridad. El principal objetivo es que la conocida popularmente como la madre de todas las ferias no se convierta en un foco de contagio de la COVID-19.

Ayer se reunió en la sala de plenos del Ajuntament d’Inca la Junta Local de Seguridad con el objetivo de coordinar el dispositivo especial para estas fechas. Asistieron el alcalde Virgilio Moreno; la delegada delGobierno, Aina Calvo; el director general de Emergencias, Jaume Barceló; el director de Seguretat Ciutadana, Sebastià Oriol; y el regidor de Fires, Antoni Peña, entre otros.

Coordinación

El Ajuntament ha pedido a la delegada de Gobierno que refuerce el número de agentes de la Guardia Civil destinados a la zona, no solo en las ferias (la primera arranca este fin de semana) sino muy especialmente en el Dimecres y elDijous Bo.

«Les hemos explicado –y nos consta que son muy conscientes– que todo indica que el Dijous Bo será la primera gran feria que se organizará en la llamada nueva normalidad porque está previsto que a finales de este mes se puedan eliminar algunas    de las restricciones sanitarias aún vigentes», dice Moreno.

El Ajuntament cuenta ahora con 64 efectivos policiales propios a los que hay que sumar los servicios de una empresa de seguridad privada.