Teresa Fuster Cerdá.

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Los grandes hoteleros mallorquines decían de ella que de hoteles sabía más que nadie y que de haber nacido hombre habría sido la más importante de todos, y no es una exageración. Teresa Fuster Cerdà nació en el seno de una familia de emprendedores, inicialmente zapateros que descubrieron por la ruleta del destino que la que era su casa, en Cala Barques, atraía a todos los pintores que a finales del siglo XIX se desplazaban hasta la Cala Sant Vicenç para pintar su archifamoso Cavall Bernat.

Junto a los maestros llegaban sofisticadas personalidades de todo el mundo fascinadas por el encanto de la Cala, y el Niu era su punto de encuentro. A mediados de los años 40 del siglo XX Teresa era una adolescente acostumbrada a tratar con todos los que en la Cala pasaban sus vacaciones y su casa era ya un hotel. La dirección del Niu, mal nom de la familia, cayó en sus manos cuando Teresa todavía era una niña de 18 años. Se puso al frente de la casa con diligencia y buscó la forma de que todos los empleados supieran servir a los clientes ‘a la francesa’. Se servían desayunos, almuerzos y cenas de gala a diario, pero también eran importantes los aperitivos y las noches de fiesta que atraían incluso a los clientes del hotel Formentor. Ese mundo, hoy de lujo impensable, fue el mundo de Teresa hasta que a finales de los años 90 decidió alquilar el edificio a otros empresarios, sin olvidar jamás que era la propietaria del Niu y que a él, junto a su marido leonés Luis Gómez había dedicado toda su vida.

Se cuenta también que llegado el turismo de masas Teresa se presentó en la Conselleria de Turisme pidiendo ver al conseller. El ujier le dijo que necesitaba solicitar una cita previa a lo que Teresa contestó que esperaría, que en las cosas del turismo no hay horarios. Informado el conseller la recibió en cuanto pudo y escuchó por boca de Teresa cuan equivocados estaban los hoteleros convirtiendo Mallorca en un destino barato. Teresa intuyó sin equivocarse que el final del tipo de turista que ella tanto amaba estaba cerca y no le gustaba tener que formar parte de ese mundo en el que el viajero no repite destino y solo se queda unos días sin cambiarse de ropa ni para comer. Los clientes del Niu llevaban décadas siendo fieles a un estilo hoy ya desaparecido. Tan poco les gustaba que el matrimonio no quiso que ninguno de sus dos hijos siguiera sus pasos. Luis Gómez Fuster, el hijo mayor, vive en Alemania. Susy Gómez Fuster, es hoy la artista reconocida mundialmente que se inspira en la Cala y en su madre, abuela y tatarabuela, para crear una obra en la que deposita el mismo sentimiento de continuidad que su madre ponía en cada ramo de murta recién cortada que Teresa creaba para dar la bienvenida a su hotel, el Niu, hoy huérfano de una mujer y una época que no han de volver, como imposible es derribar todo aquello que ha crecido desordenadamente sobre las rocas. Derribar lo feo fue el sueño incumplido de esta gran mujer, inspiradora y valiente, que nos ha dejado a los 88 años rodeada del amor de los suyos. Descansa en paz querida amiga, señora del mar, de la arena y del carrer Major de Pollença.